El cuadro de faringolaringitis "aguda severa" diagnosticado a Cristina Fernández no sólo mantendrá a la Presidenta argentina encerrada en la quinta de Olivos hasta el jueves, sino que la privará de participar en el acto del Día de la Independencia, organizado para mañana en Tucumán. El nuevo problema de salud de la mandataria no podía llegar en peor momento: se da justo cuando en la Casa Rosada querían evitar la exposición pública del vicepresidente Amado Boudou, procesado por supuesta corrupción.

Así, la ausencia de Fernández obligó a un aparente cambio de planes. Boudou lució sonriente y hasta levantó una copa de champaña ayer en un acto protocolar en Buenos Aires junto al Presidente de Armenia, Serzh Sargsián, en la que fue su primera aparición pública en Argentina luego de que hace poco más de una semana un juez lo procesara por los delitos de cohecho pasivo (sobornos) y negociaciones incompatibles con la función pública como partícipe de una maniobra para aceptar, cuando era ministro de Economía en 2010, el 70% de las acciones de la imprenta de papel moneda Ciccone, a cambio de ayudar a la empresa a levantar un pedido de quiebra solicitado por el Fisco por deudas impositivas.

Según el diario Clarín, hasta el domingo en la noche, a Boudou no se le había cursado invitación para participar en el evento con Sargsián. Sin embargo, finalmente el vicepresidente argentino encabezó la recepción al mandatario armenio en el Palacio San Martín, donde estuvo acompañado por el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, y el canciller Héctor Timerman.

Al acto al que tampoco se pensaba que asistiría Boudou es el que tendrá lugar mañana en Tucumán, con motivo del Día de la Independencia. Así, al menos, se desprendía de las declaraciones ofrecidas a primera hora de ayer por el gobernador de esa provincia, José Alperovich, quien dijo que "los actos quedan prácticamente igual, en su reemplazo, según lo charlamos ayer (domingo, con la mandataria), viene el presidente provisional del Senado", en alusión a Gerardo Zamora, el tercero en la línea sucesoria. Tras idas y vueltas, la Casa Rosada decidió al final del día que fuera Boudou y no Zamora el que encabece el acto, informó La Nación.

Al acto no asistirían los presidentes José Mujica (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Nicolás Maduro (Venezuela) y Rafael Correa (Ecuador), como estaba previsto, para acompañar a la presidenta en un discurso que se anticipaba como una nueva señal en la disputa con los "fondos buitre", indicó Clarín. Según el portal La Política, la Casa Rosada buscaba con este acto repetir, "aunque sea acotado", el "efecto resurgimiento" que había logrado con los festejos del Bicentenario, cuando también Fernández se mostró rodeada de presidentes de la región.

A juicio de Orlando D'Adamo, director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, "parece apresurado hablar de que Fernández le quita apoyo" a Boudou. "Más que nada pone en evidencia la encerrona en la que se encuentra el gobierno en este tema", explica D'Adamo a La Tercera. Si bien reconoce que hay "suspicacias" respecto del estado real de salud de la mandataria, el analista asegura que aún no se puede hablar de un vacío de poder en Argentina. "En los próximos días llegan los primeros mandatarios de Rusia y China, si no los recibiera públicamente allí sí tendríamos la pauta de que el problema es de una envergadura mayor a la que se ha descrito hasta ahora", advierte.

En medio de este escenario, la diputada opositora Margarita Stolbizer presentó ayer una denuncia por presuntas mentiras de Boudou sobre su patrimonio en sus declaraciones juradas. "La situación tendrá que definirse pronto. Estaría al caer un nuevo procesamiento (o dos) y a esta altura sostenerlo le está resultando más costoso al gobierno que pedirle la renuncia o licencia", dijo D'Adamo.