"El sistema nacional de servicios de salud está en una situación de endeudamiento preocupante, que es además evidencia de un déficit estructural complejo", admitió la subsecretaria de Redes Asistenciales, Angélica Verdugo, ante la Comisión de Salud del Senado, tras presentar un balance de la cartera.
Verdugo informó a los parlamentarios que la deuda hospitalaria llegó a $ 92.202 millones en marzo, es decir, experimentó un alza de 38,7% en comparación a febrero. Añadió que a finales del año pasado los recintos recibieron remesas entregadas como anticipos, lo que hizo aparecer el endeudamiento, inicialmente, con un volumen menor.
"Hubo anticipos que se entregaron a los servicios para disminuir la cifra de deuda, sin prestaciones efectuadas. Hemos pedido a los servicios de salud que devenguen todas las facturas y que transparenten el nivel de endeudamiento para saber a qué nos estábamos enfrentando", dijo la subsecretaria.
Tras este ejercicio, el Minsal realizó una proyección del déficit anual que enfrentarían a diciembre los establecimientos de salud, de no mediar un control de gasto. ¿El resultado? Una deuda de $ 264 mil millones, es decir, casi el triple del nivel actual y más del doble del peak que se alcanzó en 2013.
"El peak del año pasado fue de MM$ 117.664, efectivamente (la deuda) más que se duplicaría de no mediar gestiones del área presupuestaria y financiera del Minsal", sostuvo Hugo Peña, jefe de la división de presupuesto de la Subsecretaría de Redes Asistenciales.
Agregó que la reciente alza responde a una aclaración de la contabilidad de los servicios de salud. "Se ha hecho el diagnóstico de la situación a través de un sinceramiento de los niveles de gasto. Se ha instruido que toda la facturación que estaba en proceso de devengamiento se refleje a la brevedad en la contabilidad de hospitales y servicios", dijo.
CAUSAS DE LA DEUDA
La modalidad de financiamiento de los servicios opera mediante una inyección fija de recursos, denominada Pago de Prestaciones Institucionales (PPI), que cubre las necesidades básicas para el funcionamiento de un hospital, como sueldos del personal. A eso se suma un segundo flujo, el Pago de Prestaciones Valoradas (PPV), constituida por la productividad de un recinto, expresado en la cantidad de cirugías o tratamientos que estos realizan y que se pagan una vez concretados.
En ese contexto, el Minsal pidió a los servicios que ajusten sus gastos a los niveles de producción requeridos por la demanda asistencial, a objeto de cuadrar los gastos con sus presupuestos.
Sin embargo, la propia modalidad de financiamiento de los hospitales genera parte de la deuda, explica Manuel Inostroza, académico del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello. Eso, debido a que los recursos que se entregan a los recintos por las prestaciones hechas estarían por debajo del costo real. "Tres cuartas partes de las prestaciones que se pagan a los hospitales están subaranceladas. Hay un muy mal cálculo de los costos reales de las prestaciones; los hospitales hacen una cirugía que cuesta 100 y recibe 50, entonces el mismo modelo los desfinancia", dice.
A eso se suman problemas de gestión administrativa de los recintos y de compras de prestaciones a privados, que encarecen el gasto de los hospitales.
Según Peña, el déficit no ha llegado a un nivel crítico que ponga en riesgo la atención de pacientes, pese a que algunos recintos están endeudados hasta 3,5 meses en su gasto operacional (ver infografía).
Para revertir esta situación, el Minsal informó que se pondrá en marcha un plan integral que intervendrá los hospitales para mejorar su gestión y se iniciarán, además, gestiones con Hacienda para recibir recursos frescos. Asimismo, se anunció una reducción global en las compras de camas y prestaciones a privados.