El reencuentro se producirá en Madrid. Después de siete años, Johnny Herrera volverá a toparse con Claudio Bravo en la Selección, algo que no ocurre desde el partido entre Chile y Colombia, en Barranquilla, en octubre de 2005.

Dicho encuentro marcó el estreno como titular del meta de la Real Sociedad en el arco de la "Roja", condición que  ha mantenido hasta hoy. El otro cotejo en que coincidieron se produjo en agosto de 2005, cuando Bravo reemplazó a Herrera en el minuto 72 de un amistoso entre Chile y Perú.

Desde ahí, los dos arqueros siguieron sus carreras por caminos muy opuestos. Mientras Bravo se transformaba en un referente de la Selección, portando la jineta de capitán en el Mundial de Sudáfrica, Herrera destacaba en Everton y Audax Italiano antes de volver a la "U" para ganar un tricampeonato y la Copa Sudamericana, en 2011.

La consolidación del ex Colo Colo coincidió con la postergación del angolino, quien no fue considerado en los ciclos de Marcelo Bielsa y Claudio Borghi.

Durante su exilio, Herrera formuló varias críticas contra la elección de los técnicos de turno, en especial, durante el período del "Bichi".

Sus dichos aumentaron la distancia con Bravo y con Miguel Pinto, segundo arquero de la Selección, con quien Herrera tuvo una estrecha amistad hasta mediados de 2008.

El distanciamiento entre los dos porteros de la "U" no deja de llamar la atención, en especial, porque el actual meta del Atlas de Guadalajara era uno de los pocos que llamaba a Herrera como el "Mono", apodo que sólo responde al círculo más cercano del angolino.

En la tienda estudiantil,  compartieron la lucha por la titularidad con Sergio Vargas, situación que marcó sus carreras. Por esos días,  forjaron su amistad en la premisa de no replicar la actitud del "Superman" al momento de ser relegado a la banca, en 2002.

Fue así como Pinto gozó de mayor estelaridad con Víctor  Castañeda en el banco, mientras Herrera recuperó protagonismo con Héctor Pinto.

Todo iba bien hasta la semifinal entre la "U" y Everton, en el torneo de Apertura 2008. Dicho partido marcó el quiebre entre ambos, luego de que Pinto sintiera que el sureño sacaba ventajas ante la hinchada azul por su condición de ídolo, tras el título del 2004, en momentos en que el seleccionado nacional aún no se consolidaba en el arco azul.

Lo anterior sumado a que Pinto siempre defendió la titularidad de Bravo en la "Roja" acrecentó las diferencias, las que Jorge Sampaoli intentará reducir en Madrid, en donde por primera vez cohabitarán los tres metas, en la ocasión propicia para superar los malentendidos y abrazar el sueño conjunto de llevar a Chile al Mundial de Brasil.