Samsung, con problemas tras el fiasco monumental del Galaxy Note 7, trata de conservar su clientela ofreciendo a los usuarios de este fallido "tabléfono" un descuento en su próxima factura, si aceptan repetir con la marca surcoreana.

Numerosos habitantes de Seúl continuaban devolviendo el jueves su Note 7, cuya producción fue frenada el martes, dos meses después de su lanzamiento, por defectos que pueden provocar la explosión del aparato que debía ser un producto de última generación.

El primer fabricante mundial de teléfonos móviles pidió además el martes a todos los distribuidores dejar de vender el Galaxy Note 7.

También pidió a las millones de personas que compraron este aparato en el mundo que lo apagaran, por medida de seguridad. Con estas decisiones el gigante surcoreano reconoció el fracaso total de este producto.

En los negocios de Samsung, los propietarios de Note 7 tenían el jueves una simple opción: obtener el reembolso completo o cambiar el aparato por otro modelo de la marca.

Los que optan por la primera solución recibirán un bono de compra por 30.000 wons (24 euros). Los que deciden por otro aparato de la marca surcoreana recibirán además un descuento de 70.000 wons.

"Se trata de una compensación por las molestias que ocasionamos a nuestros clientes", indicó el gigante surcoreano en un comunicado.

17% del PIB surcoreano

La crisis había comenzado el 2 de septiembre cuando Samsung anunció el retiro a nivel mundial de 2,5 millones de ejemplares del Galaxy Note 7, luego que algunos se prendieron fuego.

Pero la situación de la marca volvió a complicarse rápidamente al saberse que algunos de los modelos del Note 7 distribuidos a cambio también tenían problemas.

Los problemas con este nuevo aparato se tradujeron por una caída en tres días de 10% de capitalización bursátil de la marca, orgullo de la industria surcoreana, una pérdida de unos 20.000 millones de euros.

La hemorragia bursátil recién se tranquilizó este jueves, cuando el título terminó con un alza de 1,4%.

El miércoles el grupo se vio obligado a anunciar una caída de un tercio en sus previsiones de beneficios operacionales tras el fiasco.

La agencia Fitch Ratings estimó no obstante que el grupo surcoreano puede amortiguar las pérdidas relacionadas al Note 7.

"Los daños a la imagen a largo plazo (...) son una amenaza mayor para su perfil de crédito que el impacto financiero directo", explicó la agencia de calificación.

Samsung es tan importante en Corea del Sur -el grupo representa 17% del PIB nacional- que el Banco de Corea tomó en cuenta sus problemas en el cálculo de sus previsiones de crecimiento para el año 2017 de una décima, pasando de 2,9% a 2,8%.

"No hay alternativa"

Samsung "representa tanto en nuestra economía que tomamos en cuenta el impacto de la interrupción de la producción en nuestra previsión", declaró a los periodistas el gobernador del Banco de Corea, Lee Ju-Yeol, tras la reunión mensual de la entidad.

No todos estaban satisfechos este jueves en Seúl por la decisión de Samsung de detener totalmente la producción del Note 7.

Lee Jae-Kyung, un empleado de oficina de 43 años, explicó que estaba obligado a devolver su Galaxy Note 7 a pesar de estar muy satisfecho con el aparato.

"No tengo alternativa: a partir del año próximo actualizarán el programa y el aparato no tendrá más garantía", lamentó.

Roh Kwang-Soo, responsable de un comercio de celulares, usuario de Note 7, indicó que se dejaría tentar por el gran rival de Samsung: Apple.

"Quizás aproveche esta ocasión para cambiar", dijo.

En agosto, Samsung había adelantado el lanzamiento del aparato para poder competir en el mercado de alta gama con su gran rival, la marca estadounidense Apple, que en septiembre lanzó el iPhone 7.