Pablo Guede estaba muy molesto. En sus planes no estaba presupuestado empatar ante San Luis, en el Monumental. El técnico sentía que el título del Torneo de Apertura estaba al alcance y para que ese objetivo siguiera a la mano era imprescindible ganar.

Sin embargo, apenas pudieron rescatar un empate ante el conjunto canario, y aunque con mucha épica, las opciones de levantar la copa disminuyeron, algo que aún lamenta el DT.

Más allá del resultado en sí, la molestia del entrenador se genera principalmente por dos motivos. El primero fue el rendimiento defensivo, que otra vez fue deficiente, tal como ocurrió en las primeras fechas. Y el otro, porque junto con sus colaboradores no fueron capaces de anticiparse al planteamiento de Miguel Ramírez, el que claramente los sorprendió el domingo pasado en Macul.

El adiestrador quillotano instruyó a sus dirigidos para atacar a Colo Colo con cuatro hombres. Así, en varias ocasiones superaron en número a la línea de tres zagueros albos conformada por Matías Zaldivia, Julio Barroso y Claudio Baeza. Fueron ataques rápidos, que pillaron al bloque posterior adelantado y corriendo de espaldas. Volver a la línea de cuatro es una opción ante la UC.

De cierta forma, Guede sintió que el Cheíto desnudaba a su escuadra, demostrando las falencias y el punto débil de su sistema.

Aquello no le gustó para nada al técnico albo, menos aún porque ocurre justo antes de enfrentar a Universidad Católica, el actual campeón del fútbol chileno, que con toda seguridad tomó numerosas notas de las deficiencias de la zaga del Cacique, evidenciadas por el humilde San Luis.

El ex Palestino hizo sentir su enojo en el Monumental. De hecho, tuvo una larga reunión con su equipo de trabajo, donde habló fuerte y dejó claro que una situación así no puede volver a ocurrir. De ahí sus sinceros elogios al rival.

"Quiero felicitar a San Luis. Fue un equipo muy valiente, nos dejó los cuatro puntas y es el primer equipo que lo hace. Su esquema estaba súper trabajado", dijo aquel día.

En tanto, Gonzalo Fierro se refirió a la pérdida de capitanía. "Cuando la tuve no me creía intocable. Ahora no me creo el peor o el que no puedo aportar. Es un orgullo tenerla, pero es un tema que está en segundo plano", sostuvo.