Era una cuestión de tiempo y de términos legales. Pero, en opinión de los analistas, podría terminar siendo contraproducente y ayudando a quien pretendía afectar. La decisión del gobierno de Barack Obama de aplicar sanciones contra siete funcionarios de la administración de Nicolás Maduro, presuntamente responsables de violaciones a los DD.HH., y denunciar la situación en Venezuela como una "amenaza a la seguridad nacional" de EE.UU., parecía estar favoreciendo políticamente a Caracas. Eso en momentos en que el jefe de Estado venezolano se encuentra jaqueado por la mala situación económica, por los problemas de seguridad y el gran desabastecimiento del país.
"Esto es un regalo desafortunado e innecesario para Maduro en este momento. Por cierto que lo va a utilizar, lo va a aprovechar al máximo para su propio beneficio político tanto dentro de Venezuela como en la región", afirmó a La Tercera, el analista y presidente del think tank Diálogo Interamericano, Michael Shifter, quien destacó que "no hay ningún argumento serio para asegurar que gobierno de Maduro y que Venezuela representa una amenaza para la seguridad" norteamericana.
De la misma forma, el profesor del Amherst College (Massachusetts) Javier Corrales dijo a este diario que las sanciones y la proclama de Washington "le darán a Maduro una justificación para acumular más poderes, arremeter más en contra de la disidencia. Maduro simplemente está sacando ventaja del lenguaje de este anuncio para exagerar la idea de que hay una agresión externa".
Dicho y hecho, Maduro -tal como lo anunció la noche del lunes- pidió ayer a la Asamblea Nacional (Parlamento) una nueva ley para legislar por decreto por un período no determinado, con el supuesto objetivo de "preservar la paz ante cualquier circunstancia" tras la decisión de EE.UU.
Además, las sanciones contra los funcionarios , que implican el congelamiento de los eventuales bienes que puedan tener en territorio estadounidense, fue respondida desde Caracas con el nombramiento de uno de ellos, el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, mayor general Gustavo González López, como nuevo ministro del Interior.
Lo cierto es que esas sanciones fueron ratificadas por Obama el 18 de diciembre y sólo faltaba su aplicación. Y la mención de que la situación venezolana es una "amenaza para la seguridad nacional", que causó alerta en toda la región, es un tecnicismo para poder seguir aplicando castigos a los funcionarios de Caracas. La ley requiere de esa declaración, sostuvo el diario The New York Times, y una fuente de la administración Obama, citada por ese medio, insistió en el requisito legal y que eso no representa "una recategorización de las circunstancias reales en Venezuela".
Según Corrales, "Obama decidió en diciembre implementar la ley. Simplemente estaba esperando ver qué pasaba con la visita de Unasur. Una vez más, vemos que EE.UU. termina (sobre) reaccionando en respuesta a la falta de éxito de la diplomacia regional en resolver una crisis interna".
De cualquier forma aún está por verse el efecto que tendrá en la política exterior de Washington ante la región, justo ahora que parecía haber entrado en aguas tranquilas tras el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba. De hecho, para Shifter las sanciones y el lenguaje empleado es una forma de contener las críticas políticas internas en EE.UU. de que el gobierno de Obama "ha sido débil respecto de otros líderes autoritarios, como Putin, y también en su trato con Cuba".
La jugada de Washington frente a Caracas podría complicar la Cumbre de las Américas, a realizarse en Panamá en abril. Especialmente si Venezuela y sus aliados (incluida Cuba) deciden marginarse de la cita hemisférica.
Aunque esto no se produzca, las sanciones contra los funcionarios chavistas sí producirán "que en vez de tener una Cumbre de las Américas celebrando el acercamiento y la apertura entre Washington y La Habana, encontraremos un mal sabor por lo de Venezuela. Esto introduce un mal sabor en el clima político hemisférico, porque Estados Unidos queda muy aislado en su política hacia Venezuela", concluyó Michael Shifter.
EJERCICIOS MILITARES
Además de la solicitud de poderes especiales al Congreso, Maduro anunció que el próximo sábado dirigirá un "ejercicio militar defensivo". "Invito a todo el pueblo de Venezuela (...) a apoyar a la fuerza armada y a la milicia nacional en este ejercicio necesario para marcar los puntos defensivos. Y que la patria no la toque nadie. ¡Que no la toque la bota yanqui nunca!, dijo, agregando que el país "tiene que estar preparado, porque no puede ser jamás Libia ni Irak".