Griselda Lobo se unió a la guerrilla de las FARC cuando tenía 17 años. Provenía de una numerosa familia campesina de 15 hermanos en el pueblo La Paz, en Santander, al norte de Colombia. La falta de oportunidades la llevó a seguir a los combatientes por las montañas y desde entonces nunca se separó de ellos. A partir de ese momento nadie la llamó Griselda, sino que "Sandra Ramírez", nombre de combate por el que es conocida hasta hoy.
En la guerrilla aprendió enfermería y comunicaciones e integró el cuerpo de guardia de la dirección nacional de las FARC. Cuando cumplió 20 años conoció a Manuel Marulanda Vélez, alias "Tirofijo", líder y fundador del grupo rebelde, de quien fue compañera sentimental durante 24 años, hasta la muerte del jefe guerrillero en 2008. La llamada "viuda de Marulanda" no se apartó de las FARC cuando éstas dejaron las armas, en el marco del acuerdo de paz con el gobierno colombiano. Más bien, fue la primera mujer en formar parte de las conversaciones exploratorias en La Habana.
Ahora, Ramírez se prepara para formar parte del aterrizaje político de las FARC, ya no como las Fuerzas Armada Revolucionarias de Colombia, sino que como la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. En conversación con La Tercera, la candidata al Senado analizó los puntos pendientes de la implementación de los acuerdos de paz, a un año de la firma entre ambas partes.
¿Qué temas están pendientes tras el histórico acuerdo de paz?
La implementación de los acuerdos está pendiente. Llevamos alrededor de un 80%. Pero ahora hemos tenido un revés porque el Senado, el Poder Legislativo y el Poder Judicial en Colombia sencillamente lo que han hecho es destrozar el acuerdo, modificar los puntos. El acuerdo sí es para dos partes, pero no es para el gobierno ni para las FARC. El acuerdo es para la gente.
¿Las FARC han cumplido?
Nosotros, las FARC, ahora que somos Fuerza Alternativa del Común, hemos cumplido todos los compromisos que hicimos. Todos los compromisos que se hicieron con el gobierno, paso a paso los hemos cumplido. Cumplimos con la dejación de armas, cumplimos con la ubicación de todos nosotros en los distintos puntos de la geografía colombiana. Cumplimos con el compromiso de hacer una reparación con las víctimas. El Estado colombiano, sus funcionarios, no lo han hecho.
¿Este incumplimiento tiene que ver con que las leyes están estancadas en el Congreso o es un tema más general?
El acuerdo pasó por el Legislativo, entonces ahí se manifestaron los diferentes intereses que hay en nuestro país. Intereses de clases, intereses de poder, intereses de no dar a conocer lo que realmente sucedió en estos 53 años de conflicto. El acuerdo tiene como su punto central las víctimas. Sencillamente lo que hicieron fue modificarlo a sus intereses.
¿Hay arrepentimiento en las FARC por haber dejado las armas?
En absoluto. Nosotros hicimos un compromiso de dejación de armas para continuar nuestra lucha en otros escenarios y lo estamos cumpliendo. Somos conscientes de que hay dificultades, de que lo que se ha presentado en la Corte Constitucional, en el Congreso, se ha destrozado. Construiremos patria nueva y exigiremos la implementación del acuerdo. En eso estamos todos comprometidos.
¿Qué cree que diría "Tirofijo" sobre de la transformación que han tenido las FARC?
Si el camarada Marulanda estuviera vivo, seguro que estaríamos junto a él también en esto. Él siempre decía, hay que prepararnos porque no siempre tendremos la lucha armada y tendremos que sentarnos y comprometernos con el gobierno. Él decía que no todo el tiempo nuestro país va a estar en guerra, tenemos que encontrar una salida. Efectivamente por eso se buscaron conversaciones con diferentes gobiernos. Este proceso empezó hace 30 años con el gobierno de Belisario Betancourt.
¿Cuáles son los mayores desafíos que han tenido las FARC en su ingreso a la arena política?
Las expectativas son grandes. Nosotros llegamos a la gente y por supuesto en el momento en que nos acercamos a hablar, los encontramos distantes. En el imaginario de la gente, está que la guerrilla es la mala, que la guerrilla es el diablo y que la guerrilla es el ogro. Pero cuando entramos, hablamos, compartimos; la gente ve como se le acerca a uno y te dicen, que si entro al Senado no puedo dejarme tentar por la corrupción. Hacia allá vamos a trabajar, a ver cómo luchamos contra ese cáncer que hay en este país, que es la corrupción.
A pesar de que tienen curules asegurados, el resultado en las urnas podría no ser muy favorable para ustedes.
Estamos en una campaña mediática por redes para saber cómo llegarle a la gente. Cómo llegar con el mensaje de que nosotros somos iguales a ellos. Tenemos las mismas necesidades. Nos toca hacer una campaña del tú a tú. Uno se sienta con esas personas esperando en un hospital y fácilmente el sentir de la gente. Qué sistema de salud quieren, por ejemplo. O la educación. Con esas banderas vamos a llegar a la gente.