Una de las características de grandes maratones, como el de Nueva York o Boston, es que no cuentan con una categoría de 21 kilómetros en su parrilla principal. El Maratón de Santiago, que aspira mejorar su alcurnia entre las pruebas de alto fondo, sí la tiene en su programa. Y la razón es lógica: es la más popular entre los que se inscriben para participar.
Hasta el momento, la edición 2015 registra 5.225 inscritos en la corrida de 10k, 10.736 en los 21k y 5.226 42k. En total, 21 mil 187 atletas, lo que representa un 75% del total de participantes de la carrera y un 40% más de los que había a la misma fecha en 2014. "Creemos que el 15 de febrero no quedarán cupos", dice Francisca Aguirre, gerente de marketing de la corporación que organiza el evento deportivo.
Visto desde ese punto de vista, los números son más que positivos. A largo plazo, sin embargo, el deseo de los dueños del Maratón es subir de categoría a nivel mundial. Y eso, aunque no esté estipulado en las reglas que rigen estas carreras a nivel mundial, inevitablemente terminará con la resta del desafío de los 21 kilómetros. Eso sí, la medida tomará tiempo.
"No tenemos una cultura maratonista, y esta es una competencia cara que requiere el aval de muchas autoridades. Entonces, si sacamos la prueba de 21 kilómetros, ciertamente algunos correrían en los 10k, pero no sería un espectáculo tan masivo", explica Fernando Jamarne, director del Maratón de Santiago.
Según el organizador, la competencia apunta a desprenderse de la carrera de 21: "Queremos atraer más gente a la prueba principal, porque se hace más fácil organizar los 42k y contar sus tiempos. Además, esto mejoraría la calidad de la prueba".
En ese sentido, cree que la tendencia es que la cita intermedia siga por un tiempo, ya que "año tras año, el maratón suma entre 600 y 700 corredores respecto al año anterior, y eso te muestra que la estrategia es la correcta". Dada esa lenta transición, Aguirre plantea que "no tenemos fecha prevista para quitar la prueba".
A nivel internacional, la IAAF otorga tres niveles según la calidad de los eventos: oro, plata y bronce. La principal corrida callejera del país posee el nivel más bajo de los tres. Igual es la más importante a nivel sudamericano. Este año, no obstante, no postuló a subir su categoría.
"Nosotros tenemos elementos para optar por la categoría oro, pero hay aspectos económicos que nos impiden subir de nivel. Necesitaríamos atletas de cinco nacionalidades, tanto hombres como mujeres, que tengan marcas de a lo más 2 horas con 12 minutos en hombres y 2 horas con 32 entre mujeres. Y sus honorarios de presentación son demasiado caros para nosotros", explica Jamarne.
Hasta ahora, el único nombre internacional confirmado es la peruana Inés Melchor, recordista sudamericana con 2 horas, 26 minutos y 48 segundos. "También tenemos un hombre con marca de 2:08', pero no diremos el nombre", concluyó.
El director, quien también dirige la Asociación Internacional de Maratones (AIMS), plantea que la presencia de una prueba intermedia no influye en que la cita nacional no sea de mayor categoría. Sin embargo, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) establece que los maratones no pueden partir a la misma hora que ninguna otra carrera y que sus tramos no pueden toparse con ningún otro.
Pero Jamarne explica que eso no sucede en la cita capitalina: "Los 21k comienzan más tarde, y aunque ambas pruebas compartan calles, una va por la vereda sur y otra por la calle norte".
Este año la corrida será el 12 de abril. El recorrido máximo comenzará en La Moneda y pasará por Alameda, Matta, Grecia, Campo de Deportes, Antonio Varas, Pocuro y Rodrigo de Araya, para luego volver a Grecia y pasar por Américo Vespucio, Ossa y Escrivá de Balaguer. La parte final abarca las avenidas Andrés Bello, Providencia y Alameda, para concluir en el palacio presidencial.
El tramo de 21 kilómetros será el mismo hasta la altura de Pocuro, y sólo entonces seguirá otro camino al tomar un atajo por Eliodoro Yáñez y volver de Providencia hasta La Moneda.
Las inscripciones dispuestas para esta versión son 28 mil, tres mil más que las que se citaron en 2014.