El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,  cambió este martes la cúpula militar, tras un escándalo por corrupción en las  fuerzas armadas que investiga la Fiscalía y que fue revelado por la revista Semana hace dos días.

"He considerado oportuno y necesario hacer un cambio en la cúpula militar",  dijo Santos, al indicar que el comandante de las fuerzas militares Leonardo  Barrero saldrá "no por ningún hecho de corrupción, sino por expresiones irrespetuosas", mientras que otros altos oficiales pasarán a retiro "porque  sabían de las irregularidades y no actuaron".

El mandatario hizo referencia así a declaraciones de Barrero, quien  recomendó a oficiales detenidos "no dejarse joder de esos hijos de puta  fiscales y armarse como una mafia para denunciarlos", según interceptaciones de  llamadas que publicó la revista Semana y que el propio oficial reconoció.

"Vendrán más acciones. Es muy importante en estos casos llegar a estos  asuntos, cortar de raíz el problema, actuar con la debida ecuanimidad y  justicia, proteger a nuestro Ejército", añadió Santos en un discurso desde la  ciudad de Sincelejo (norte).

Poco después, el ministro de la Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunció que  Barrero será reemplazado por el general Juan Pablo Rodríguez, hasta ahora  comandante del Ejército.

En el puesto del general Rodríguez fue nombrado el general Jaime Lasprilla,  quien se desempeñó como comandante de la fuerza de tarea Omega, un grupo de  élite antiguerrilla.

"No hay elementos que prueben hechos de corrupción o pongan en duda su  honra y buen nombre. Pero cometió una imprudencia utilizando expresiones  inaceptables que causan daño a la institución", subrayó Pinzón al confirmar el  pase a retiro de Barrero.

En total, pasaron a retiro cinco altos oficiales.

Las fuerzas militares se vieron sacudidas esta semana por la revelación de  una trama de corrupción en la Aviación del Ejército. Una investigación interna  detectó diez casos de irregularidades administrativas en contratos realizados  por esa dependencia.

Según Semana, parte de los fondos obtenidos irregularmente habrían sido  destinados a "pagos a los subalternos presos con el fin de mantener su  silencio" en investigaciones penales por cientos de asesinatos de civiles que  posteriormente eran presentados como guerrilleros caídos en combate, conocidos  en Colombia como "falsos positivos".

El vicefiscal general Jorge Perdomo había indicado el lunes que las  revelaciones de la prensa tuvieron su origen en una investigación de un fiscal  especializado en derechos humanos sobre casos de "falsos positivos".

En el marco de esa investigación, la Fiscalía realizó durante los últimos seis meses interceptación a las comunicaciones de altos rangos del Ejército.

La Fiscalía también indaga sobre otro escándalo de interceptaciones ilegales de comunicaciones por parte de inteligencia militar, que llevó a la  salida de sus puestos de dos altos oficiales hace diez días.

Las escuchas habrían alcanzado incluso al equipo negociador del gobierno en  el proceso de paz con la guerrilla FARC y a un grupo de periodistas que cubre  esas conversaciones.