Dice que no ha "robado ni un sol", que él es progresista y que Ollanta Humala debe estar contando las horas para irse. Además, Gregorio Santos, una de las figuras más controvertidas de la política peruana, sostiene que podría ser candidato presidencial en 2016 si es que la izquierda lo elige.

Santos es actualmente el presidente regional del departamento de Cajamarca, en el norte del país. En los comicios regionales y municipales del pasado 5 de octubre, Gregorio Santos fue reelecto, pero con una gran particularidad: desde junio pasado se encuentra en el penal Piedras Gordas de Lima, acusado por corrupción.

Así, el día de las elecciones, Santos recibió la noticia de que había sido reelecto en la cárcel, donde debe permanecer por 14 meses. El próximo 1 de enero, el presidente regional debe asumir su segundo mandato, pero no está claro si su cargo se declarará vacante.

Santos está acusado de recibir sobornos por US$ 275 mil de un empresario, con quien habría acordado favorecerlo en una serie de licitaciones. "Se me ha tratado como a uno de los más peores delincuentes de este país, sin tener derecho a la legítima defensa", dijo recientemente en una entrevista con el diario limeño La República.

Gregorio Santos llegó al poder regional en Cajamarca en 2010, un año antes de que Ollanta Humala asumiera la Presidencia. Y desde entonces se hizo conocido en todo el país por ser un férreo opositor al proyecto minero de Conga, con masivas movilizaciones sociales.

El argumento de Santos y de parte de la población de Cajamarca es que la minera Yanacocha dañaría el medioambiente con el proyecto aurífero Conga. Ante las protestas, Humala anunció la suspensión de las obras en 2011 y desde entonces todo quedó en un limbo.

En Cajamarca hay US$ 9.208 millones en inversiones mineras comprometidas, pero Santos se opone. "El 5 de octubre ha habido un plebiscito y el pueblo de Cajamarca ha dicho que Conga no va", señaló. Santos es el máximo líder del Movimiento Amplio Social (MAS).

Según dijo a La Tercera el analista limeño Carlos Meléndez: "Gregorio Santos es la punta de un iceberg de una sociedad movilizada. A diferencia de otras regiones, en Cajamarca hay un movimiento social más o menos afiatado: rondas campesinas y magisterio, con importante presencia del partido maoísta Patria Roja. Cuentan con una tradición de organización campesina que no permitió, incluso, la expansión de Sendero Luminoso. Esta sociedad es la base del apoyo de Santos, quien en realidad asume posiciones más radicales por presión social".

A mediados de 2012, Santos planteó que a Humala había que sacarlo del poder, lo que generó un huracán político en Perú. El líder de Cajamarca se ha transformado en un outsider, tal como en su momento lo fue Alberto Fujimori o el propio Humala en su primera campaña de 2006.

De hecho, en Perú se comenta que Santos podría transformarse en carta presidencial. El no lo niega.

"Podría postular si lo desea, pero es difícil que gane un candidato antisistema y antimercado. Mira cómo le fue a Ollanta en 2006", señaló a este diario el cientista político y columnista peruano Pedro Tenorio.

"Santos tendrá proyección en tanto capitalice otros movimientos anticentralistas que existen en el interior del país", sostiene Meléndez.