Siete miembros de las Farc murieron ayer en el noroeste colombiano durante un segundo bombardeo de las FF.AA. en 36 horas contra la guerrilla. La operación, llevada a cabo en el departamento de Antioquia, a 325 km al noroeste de Bogotá, se sumó al ataque del jueves contra un campamento rebelde en el departamento de Cauca, donde fallecieron 27 guerrilleros, lo que llevó al grupo armado a decretar el viernes la suspensión del cese del fuego unilateral e indefinido.
Tras este nuevo bombardeo contra las Farc, la prensa colombiana se preguntaba ayer si esto hará tambalear los diálogos de paz que el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos mantiene con la guerrilla en La Habana, desde noviembre de 2012, y que parecían entrar en su etapa final. Y es que el viernes, Santos había indicado que estaba "preparado" para enfrentar a la guerrilla en una hipotética represalia. Las Farc respondieron 10 minutos después con el fin de la tregua, argumentando que "la incoherencia del gobierno de Santos lo ha logrado".
Sin embargo, Santos le pidió ayer a las Farc "acelerar" las negociaciones en La Habana para alcanzar lo más pronto posible un acuerdo de paz. "Tenemos que acelerar las negociaciones para parar la guerra, eso es lo que he venido pidiendo a las Farc hace ya mucho meses. Llevamos un año completo sin hacer un avance sustancial. Necesitamos avances porque el pueblo colombiano tiene una paciencia finita, no infinita. La gente quiere ver que podemos avanzar en la mesa para mantener la fe de que sí podemos obtener la paz", dijo Santos, citado por el diario El Tiempo.
"Estoy listo a acelerar las negociaciones para obtener ese cese al fuego bilateral y definitivo a la mayor brevedad posible", señaló el mandatario, quien advirtió que las negociaciones se seguirán dando en medio del conflicto. "Si no hacemos que nuestras FF.AA. protejan a los colombianos hasta llegar al fin del conflicto entonces íbamos a repetir experiencias del pasado que infortunadamente nos llevaron al fracaso", afirmó.
Según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), que realizó un detallado balance de la tregua que las Farc anunciaron el 20 de diciembre, la guerrilla comenzó a romper el cese desde febrero. En total, violaron 21 veces la tregua.
Así, mientras algunos sectores advierten que la suspensión de la tregua generará una escalada de violencia, otros esperan que se convierta en una presión necesaria para acelerar la firma de un acuerdo final de paz.
Así lo explicó al diario colombiano El País el consultor internacional en Seguridad y Defensa, John Marulanda, quien calificó la decisión como "una oportunidad de oro", porque la guerrilla utilizará su capacidad militar para presionar al gobierno y concretar los puntos pendientes. "Creo que vendrán incidentes armados complicados, esperemos que la Fuerza Pública los pueda prevenir adecuadamente, pero será ahí cuando entre en juego la voz conciliadora del nuevo ministro (de Defensa), Luis Carlos Villegas", vaticinó el experto.
Por su parte, el ex presidente Alvaro Uribe, en conversación con Caracol Radio, expresó que "este proceso tiene una gran falla ética". "El gobierno dialoga en La Habana y aquí siguen asesinando soldados (...) Debería haber ese cese de acciones criminales de las Farc", dijo el actual senador.