El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, abandonó esta mañana del hospital militar de París donde fue ingresado ayer tras sufrir una lipotimia cuando hacia deporte.

Sarkozy, quien abandonó poco después de las 11.00 locales (09.00 GMT) el hospital Val de Grâce acompañado por su esposa, Carla Bruni, saludó sonriente al personal sanitario reunido en la puerta del centro.

El Presidente francés, que vestía un traje azul, subió en un vehículo oficial y abandonó el recinto hospitalario, frente al que se habían concentrado decenas de periodistas.

El Palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa, informó de que Sarkozy sufrió ayer una lipotimia de esfuerzo pero sin perder el conocimiento cuando hacía deporte.

En un comunicado subrayó que el examen médico ha mostrado que el incidente ocurrido mientras corría "no tiene ninguna causa cardiológica" y "ninguna consecuencia cardiológica".

Las otras pruebas que se le han hecho (un estudio sanguíneo, un electroencefalograma y una resonancia magnética cerebral) han puesto en evidencia, por su parte, que la indisposición no tiene "ni causa ni consecuencia neurológica o metabólica", añadió la presidencia.

El diagnóstico es "un malestar lipotímico de esfuerzo por el fuerte calor y sin pérdida de conocimiento, en un contexto de cansancio vinculado a una importante carga de trabajo", señaló.

Los médicos, que no le han prescrito ningún tratamiento, le han aconsejado "un descanso relativo de varios días" por lo que además de los actos que tenía previsto hoy, se ha pospuesto la visita programada para mañana al Mont Saint Michel, en la costa noroeste de Francia.

El jefe del Estado, de 54 años, si presidirá el próximo miércoles el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones de verano, que tenía previsto pasar en la Costa Azul.

Es conocida la afición del Sarkozy por la práctica deportiva, y sale varias veces a la semana a correr, además de aprovechar sus vacaciones para hacer ciclismo.

Uno de sus mejores amigos, el diputado y alcalde de Levallois Perret, Patrick Balkany, sugirió ayer que el "régimen draconiano" que está haciendo Sarkozy podría tener algo que ver con el mareo que sufrió cuando corría en los jardines de Versalles, junto a la residencia oficial de La Lanterne, donde pasa muchos fines de semana.