El Presidente de Francia Nicolas Sarkozy rechazó hoy las pretensiones de los nacionalistas de extrema derecha de convertir en su sí­mbolo a Juana de Arco y lo hizo con palabras llenas de patriotismo.

El mandatario galo visitó Domremy, el lugar de nacimiento de la legendaria heroí­na ubicado en el este de Francia con motivo del 600 aniversario de su natalicio, y la ensalzó en un discurso que espera mejore la deteriorada popularidad del gobernante.

Ante la cercaní­a de los comicios presidenciales que se efectuarán en el segundo trimestre de 2012, el discurso conservador de Sarkozy podrí­a equipararse con un ataque polí­tico preventivo contra el Frente Nacional, un partido de extrema derecha que pretende arrogarse a Juana de Arco como santa patrona.

"Juana no pertenece a partido alguno, a facción alguna, a clan alguno", manifestó Sarkozy en la localidad de Vaucouleurs, después de que visitara la aldea vecina de Domremy. "Juana constituye (el sí­mbolo) más particular y a la vez más universal de Francia".

La adolescente Juana de Arco encabezó diversas victorias francesas sobre los ingleses durante la Guerra de los Cien Años. Posteriormente fue capturada, enjuiciada por herejí­a y brujerí­a, y quemada en la hoguera en 1431.

Habí­a dicho que escuchaba las voces de tres santos que le ordenaban liberar a Francia de los ingleses. El Vaticano la canonizó en 1920, y en 2011 el papa Benedicto XVI la elogió como un modelo para los servidores públicos.

El aniversario del natalicio de Juana de Arco, el 6 de enero de 1412, le cayó como anillo al dedo a Sarkozy.

Aunque la popularidad del mandatario ha mejorado en las últimas semanas en las encuestas, sigue siendo baja y aún está detrás de la del candidato Francois Hollande, del Partido Socialista, con vistas a los comicios de abril. Si no hay ganador absoluto, los dos candidatos que hayan obtenido el número más alto de votos disputarán en mayo una segunda vuelta.

Numerosos expertos atribuyen en parte la victoria presidencial de Sarkozy en 2007 a la habilidad de éste para quitarle apoyo al Frente Nacional después de que se construyera él mismo la imagen de un tipo inflexible cuando fue ministro del Interior casi cuatro años.

Con su discurso de 19 minutos, Sarkozy intentó atraer el simbolismo de Juana de Arco hacia la corriente polí­tica de centro.

"Debemos continuar, pensando en ella como sí­mbolo de nuestra unidad y no dejarla en las manos de aquéllos que pretenden utilizarla para dividirnos", afirmó. "Pretender la división en nombre de Juana de Arco es traicionar el recuerdo de Juana de Arco".