No anunció que va a ser padre de nuevo, pero se le nota. El Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, criticado a menudo por su hiperactividad y su predilección por los focos públicos, se presentó en la actual cumbre del G-8 como un anfitrión sobrio y reservado, detalla un reportaje de la agencia Dpa, que cita el perfil que le realizaron varios diarios franceses, más el británico "The Guardian".
"Los eventos internacionales son el fuerte de Sarkozy", anunciaba el diario británico antes de la cumbre en el balneario francés de Deauville. Era sobre todo una alusión a la segunda mitad de 2008, cuando el mandatario galo aprovechó la presidencia francesa de la Unión Europea para posicionarse como líder de talla mundial en medio el conflicto entre Rusia y Georgia y la crisis internacional.
"Es todo sonrisas Nicolas Sarkozy, que adora ser el centro del mundo", señalaba hoy el diario de izquierdas "Libération", habitualmente duro con el mandatario. El conservador "Le Figaro" tenía en cambio de otra opinión: "Esta vez, el jefe de Estado es bastante más 'zen'". Su imagen se benefició también de la presencia de su esposa, Carla Bruni, cuyo embarazo se ha convertido en el secreto peor guardado de la presidencia francesa, no confirmado oficialmente.
La ex modelo se mostró el primer día en Deauville con un vestido blanco que hacía casi evidente su estado. Preguntado directamente por su esposa, Sarkozy sólo respondió con evasivas en sus comparecencias ante la prensa: "Acabo de hablar por teléfono con ella, estaba bien", bromeó. "Le diré que usted preguntó por ella". "La felicito por ser italiana", dijo enigmáticamente el presidente a la periodista que le preguntó si esperaban niño o niña, durante la rueda de prensa final del encuentro, consigna Efe.
El presidente no dio que hablar esta vez con grandes palabras o intervenciones vehementes. Sólo alguno de sus colegas elogió su habitual espíritu de trabajo. "El presidente Sarkozy siempre está lleno de buenas ideas", bromeó el primer ministro británico, David Cameron, cuando le pidieron confirmar el anuncio del francés de que ambos planean una visita a Bengasi, el bastión de la oposición libia. Todavía no está claro, sin embargo, si la cumbre del G-8 servirá a Sarkozy para mejorar sus índices de popularidad.
La encuestas de cara a las elecciones presidenciales de 2012 lo muestran todavía por detrás del candidato socialista, pese a que el partido opositor perdió recientemente a su favorito, el ex director del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn (DSK).