La U. de Chile hizo historia la madrugada de ayer al colocar el primer satélite fabricado en el país en el espacio y captar su señal pocas horas más tardes. El lanzamiento se realizó a las 23:59 horas de este jueves desde el Centro Espacial Satish Dhawan, en India, en el cohete Polar Satellite Launch Vehicle-C38, que transportaba otros 31 aparatos de distintos países.

La nave llegó al espacio 16 minutos después de su despegue en la isla de Sriharikota, hasta donde viajó Marcos Díaz, líder del proyecto al interior de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas para supervisar el proceso. El resto del equipo seguía el despegue del nanosatélite Suchai 1 desde el Laboratorio de Exploración Espacial Planetaria (LEEP), en calle Beauchef, en Santiago.

En el lugar los acompañaba el decano Patricio Aceituno, quien, emocionado, le decía al equipo de jóvenes ingenieros que "en 50, 100 años más se hablará de ustedes".

Suchai es la sigla de Satellite of the University of Chile for Aerospace Investigation, pero a la vez deriva de la palabra mapudungun Suyai que significa esperanza. Se trata de un nanosatélite, en forma de cubo, que es un poco más grande que una lata de bebida. (ver infografía).

Más que experimentos

El aparato tiene la misión de realizar tres experimentos como medir la densidad de electrones en el plasma ionosférico de la alta atmósfera, evaluar cómo se comporta a nivel físico la electrónica en el ambiente hostil del espacio, y observar el comportamiento de baterías en ese ambiente extremo. Asimismo, se pone a prueba la tecnología satelital desarrollada en la universidad.

Más allá de los experimentos, los expertos valoran otros aspectos del lanzamiento. "La grandeza de esta misión es que hay un capital humano que desarrolló para esto, que trabajó durante siete años, un potencial humano muy valioso", comenta Héctor Gutiérrez, asesor experto en temas espaciales de la Subsecretaria de Telecomunicaciones (Subtel), y quien participó en el desarrollo de los proyectos Fasat.

Agencia espacial

Si bien el lanzamiento del Suchai ha sido valorado transversalmente, se da en un escenario en que no existe una agencia espacial en Chile. De hecho, el investigador chileno Mario Pérez, líder del Programa de Orígenes Cósmicos de la Nasa, ha dicho que se pierden oportunidades de cooperación por no contar con una contraparte en el país.

Mario Hamuy, presidente de Conicyt y asesor científico de la Presidencia, señala que la puesta en órbita del Suchai I obliga a "redoblar" los esfuerzos por avanzar en la creación del ministerio de ciencia y tecnología. "En el proyecto de ley que crea el ministerio de ciencia se plantea la creación de la agencia del espacio. Hoy esa agencia no existe, lo que hay es un comité interministerial encabezado por la ministra de Transportes y Telecomunicaciones. Lo que estamos planteando en el proyecto de ley es darle un domicilio a la agencia, como un lugar donde se definan las políticas espaciales y se articulen los distintos actores", dice el científico.

La meta es que este proyecto se apruebe antes de septiembre, cuando entre a discusión la Ley de Presupuesto. "Yo apostaría a que al 2018 tengamos un ministerio ya funcionando", dice Hamuy.

El científico reconoce que inicialmente los recursos para la agencia serán pocos, porque lo que se hace es trasladar a las dos personas que trabajan en este tema en el Ministerio de Transportes.

"Es el piso, después hay que armar una estructura más acorde a los tiempos modernos demandan", aclara.

La agencia tendrá un comité gobernado por el ministro o la ministra de ciencia, y que incluya a los actores relevantes en esta materia, como el ministerio de Defensa y universidades. A juicio de Hamuy, hay que dejar de trabajar en pequeñas parcelas y sumar masa crítica. "Esa agencia, como primera tarea tiene que elaborar la política espacial de Chile, en función de aquello, veremos cuáles son los recursos necesarios para llevar adelante esa política", detalla.

Faltan recursos

Alex Becerra, ingeniero jefe del proyecto, dice que la primera señal del Suchai I la obtuvieron a las 9:40 horas de la mañana de este viernes en la sala de control que poseen en el LEEP. Sin embargo, el satélite ya había sido escuchado primero en otros lugares del mundo como Inglaterra. "Con esto teníamos un indicio que el satélite estaba vivo", dice.

Luego los radioaficionados de Chile comenzaron a escuchar la señal del satélite, gracias a que el Suchai I transmite en código morse "su estado de salud", explica Becerra.

La noche de este viernes se le enviarían las primeras instrucciones. Además, se bajarían las imágenes que pudo captar en sus primeras horas, aunque ésta no es la función principal del aparato.

¿Qué viene ahora? El jefe de proyecto dice que están trabajando en el Suchai II y III, los que esperan se puedan en lanzar en un plazo menor al del Suchai I. Los nuevos aparatos, parte del nuevo Programa Espacial de la U. de Chile, son financiados en su etapa de desarrollo por un proyecto Fondecyt y otro por un proyecto Anillo. "Esto es solo financia desarrollo y construcción, y no lanzamiento. Generalmente las empresas cobran de US$80 mil a US$120 mil por kilo, y esos satélites van a pesar unos tres kilos cada uno", dice Becerra.

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