El sábado 21 de agosto de 2004, hace 10 años, Chile vio cómo se rompía una historia de 108 años de frustraciones en los Juegos Olímpicos. Por fin se terminaba el karma de los segundos lugares y las derrotas en el último suspiro. Esta vez dos tenistas se encargarían de poner al país en lo más alto de la escena planetaria. Nicolás Massú y Fernando González debieron vivir todas las sensaciones imaginables dentro de la cancha (incluidos cuatro puntos de partido consecutivos en contra), para quedar en los libros después de derrotar a los alemanes Nicolas Kiefer y Rainer Schüttler, dos tenistas de renombre, que en sus carreras llegaron a ser cuatro y cinco del mundo en individuales, respectivamente.

El 6-2, 4-6, 3-6, 7-6 (7) y 6-4 demuestra lo duro que fue ese encuentro. Sobre todo, luego de que González hubiera jugado antes tres horas y 25 minutos ante el estadounidense Taylor Dent, para quedarse con el bronce en singles, por lo que cada segundo que pasaba se transformó en una prueba más para el esfuerzo de los chilenos. También, este duelo significó una de las mayores frustraciones para la trayectoria del binomio europeo.

A una década del partido que cambió la historia del deporte chileno, Schüttler detalla a La Tercera los pormenores de esa noche en Atenas.

¿Qué recuerda del partido?

Que comenzó tarde en la noche, pero el ambiente era increíble. Recuerdo que muchos de los atletas del equipo olímpico alemán fueron a ver el partido y a apoyarnos. Para nosotros era un sueño entrar a la cancha y jugar una final en los Juegos.

¿Qué sensaciones experimentaron?

Fue un duro partido de cinco sets. Recuerdo que Nicolás y Fernando jugaron muy bien en el primero. En el comienzo tuvimos algunos problemas para acostumbrarnos a los diferentes estilos de juego que ellos tenían, ya que se estaban quedando atrás en la línea de fondo y golpeaban tan duro como les era posible. Después de perder ese set, cambiamos nuestra táctica y empezamos a jugar mejor y mejor; ganamos el segundo y el tercero…

Después viene el recordado tie break del cuarto set…

Bueno, ahí tuvimos cuatro puntos de partido en el tie break del cuarto set. Fernando y Nicolás jugaron bien en los momentos importantes y nosotros cometimos algunos errores con la volea y terminamos perdiendo 9-7. Luego, en el quinto también estuvimos cerca, pero ellos nos rompieron el servicio y nos ganaron.

Cuando tuvieron los cuatro puntos de partido, ¿pensaron qué se les podía escapar?

Por supuesto que no pensábamos eso, teníamos cuatro puntos de partido. Por desgracia para nosotros, ellos jugaron bien en los momentos importantes y no nos dieron ningún punto fácil. No hubo manera de que eso ocurriera. Esa fue la diferencia.

¿Ese partido fue una de sus mayores decepciones?

Recuerdo que Nicolas (Kiefer) y yo estuvimos sentados, uno al lado del otro, durante mucho tiempo esa noche, sin decir una palabra; pero también sentimos que dimos todo lo que teníamos en la cancha. Además, siempre digo que fue uno de los mejores momentos de mi carrera y uno de los más tristes también. Ningún otro partido me dejó tan triste como ese. Sin embargo, cuando llegué a casa toda mi familia y mis amigos celebraron mi medalla de plata y, de a poco, empecé a darme cuenta de lo que había logrado.

¿Qué piensa de esta victoria de Massú y González?

Me enteré de que fue la primera medalla de oro que Chile ganó en los Juegos Olímpicos. Y estoy feliz por Nicolás y Fernando, porque su victoria tuvo un gran impacto y porque se convirtieron en héroes para un montón de niños. Además, ambos eran grandes atletas y tengo mucho respeto por ellos y por lo que lograron.