"Estamos en proceso de adjudicación. Empezar a discutir ahora sobre las necesidades de cambiar los marcos legales, nos parece que es imprudente y que introduce incertidumbre". Con esas palabras la superintendenta de Casinos, Vivien Villagrán, respondió a los cuestionamientos a la Ley de Casinos, aprobada en 2015.
En medio del proceso de subasta de licencias para casinos municipales en curso, la norma ha recibido críticas de la industria, que ve en ella falta de lógica económica.
Justamente, tras la licitación -la semana pasada fue la entrega de ofertas por la plaza de Viña del Mar-, los cuestionamientos volvieron, considerando que sólo dos operadores, Sun Dreams y, el actual poseedor del permiso, Enjoy, participaron. A esto se suma la judicialización del proceso y que los casos de los casinos de Arica y Puerto Natales no hayan existido interesados.
"El balance que hacemos es satisfactorio. Si el objetivo hubiese sido solamente abrir una oferta para la industria, volverla tremendamente atractiva y no conciliar el objetivo de ingresos que el municipio tiene, probablemente uno podría haber tenido más oferentes, pero acá hay un objetivo de política pública, vinculado al desarrollo local", enfatizó.
Respecto a las dos plazas sin ofertas, precisó que la falta de interés tuvo que ver con que "los incentivos económicos para presentarse no fueron suficientes".
Villagrán también se refirió a su reciente participación en el encuentro internacional de reguladores en Panamá, donde compartió la experiencia vivida tras el caso en el Casino Monticello.
"Lo que ocurrió en Monticello reveló que hay un espacio importante (...) hay preocupación genuina en la población por las políticas de juego responsable y hay un marco ético sobre el cual se tiene que discutir. ¿Cómo hacemos que el juego sea entendido en una lógica de juego sano, una actividad lúdica y no con la idea del casino de ganar plata", concretó.