Después de concluir Pandillas de Nueva York</strong>, superproducción que terminó editada por el productor Harvey Weinstein y con una hora menos del metraje original, Martin Scorsese afirmó que se dedicaría a hacer películas de menor costo para asegurar así su independencia creativa. Aquella voluntad nunca se concretó y durante la última década el realizador ha venido dirigiendo sólo filmes de alto presupuesto, desde El aviador hasta Los infiltrados. Con 66 años, Scorsese es uno de los cineastas más activos del Nuevo Cine Americano, aquel que irrumpió en los 70, y todos sus proyectos son de gran envergadura, incluyendo el filme biográfico sobre el Presidente Theodore Roosevelt.
Por coincidencia, su compañero de generación, Steven Spielberg, también concretará una biografía fílmica presidencial; en su caso sobre Abraham Lincoln. Ambos realizadores son los miembros incombustibles del movimiento, con trabajo de sobra por los próximos años y una carrera sin las lagunas sufridas por sus contemporáneos Francis Ford Coppola (10 años sin filmar entre El poder de la justicia y Youth without youth), Brian de Palma (cuatro años desde Femme fatale a La dalia negra) y George Lucas (22 entre La guerra de las galaxias y La amenaza fantasma).
El anuncio más reciente de Spielberg sobre su película Lincoln fue ayer, cuando afirmó al periódico ruso Moskovskii Komsomlets que su inmediato trabajo es la biografía del decimosexto Presidente de EEUU. Se estrenará el 2011 y se basa en el libro Team of rivals, de Doris Kearns Goodwin. Con guión de Tony Kushner, la película será protagonizada por Liam Neeson (La lista de Schindler), quien mide 1,95, igual que el Presidente asesinado.
El ambicioso proyecto pretende retratar la habilidad de Lincoln (que gobernó entre 1861 y 1865) para armar y mantener un excelso gabinete de hombres que eran rivales políticos en el Partido Republicano, pero destacaban por ser los mejores en su área. Sólo con este equipo de mentes brillantes podría llevar a cabo sus grandes reformas abolicionistas en el marco de la Guerra Civil.
Scorsese, en tanto, busca retratar el espíritu de otro Presidente republicano: Theodore Roosevelt. El estreno coincidiría con el trabajo de Spielberg, porque ahora está en medio del rodaje de Silence, la cinta sobre dos sacerdotes jesuitas perseguidos en el Japón del siglo XVII. El filme de Roosevelt será protagonizado por Leonardo DiCaprio y se basa en el libro The rise of Theodore Roosevelt, por el que Edmund Morris (biógrafo oficial de Ronald Reagan, entre otros créditos) ganó el Premio Pulitzer en 1979.
El proyecto explora la juventud del hombre que gobernó EEUU de 1901 a 1909, comenzando por su infancia plagada de enfermedades y una inquebrantable voluntad que le llevó a aprender enciclopédicamente sobre casi todo lo que sucedía en la Tierra. Roosevelt fue, además, explorador, cazador en Africa y Sudamérica, naturalista y soldado en la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898. Según el libro de Morris, leyó, en promedio, un libro al día durante su vida.
Menos avanzado en proyectos está Brian de Palma, otro de los grandes de los 70. Tras dirigir Redacted (sobre la guerra en Irak), el realizador de Vestida para matar maneja tres alternativas. La más cercana es Capone rising, con Nicolas Cage como un joven Al Capone. La cinta es la precuela de Los intocables (1987). Ahora la trama gira en torno a la amistad temprana entre Capone y el policía Eliot Ness. De Palma también está tras un remake de su cinta musical El fantasma del paraíso (1974) y además pretende llevar al cine el caso del llamado "estrangulador de Boston", que en los años 60 asesinó a 13 mujeres en esa ciudad.