Michael van Praag y Luis Figo retiraron su candidatura para las elecciones presidenciales de la FIFA (29 de mayo). El holandés, además, anunció su respaldo al prí­ncipe Ali al-Hussein, el único que ahora queda en la contienda para destronar a Joseph Blatter.

"Después de una meticulosa deliberación y reflexión con varias de las partes involucradas, Michael van Praag decidió retirar su candidatura para la presidencia de la FIFA para unir fuerzas con el candidato prí­ncipe Ali", dijo su equipo de campaña.

"Quien quisiera hacer esto adecuadamente tendrí­a que haber comenzado hace dos años (a hacer campaña)", ya había declarado en marzo.

En el caso de Figo, en los últimos días había expresado su deseo de ser el único rival de Blatter, pero el ex seleccionado portugués terminó retirando su candidatura para apoyar a Ali al-Hussein.

Figo acusó falta de transparencia en el proceso. "Viajé y conocí a gente extraordinaria, que reconociendo el valor de muchas de las cosas que se hicieron, también se identifica con esta necesidad de cambio, que limpie a la FIFA del sello de organización oscura y tantas veces vista como un espacio de proclive a la corrupción", constató.

El legendario jugador luso asumió, no obstante, que hubo situaciones que le avergonzaron. "En estos meses no solo noté esas ganas de cambio que he comentado, también presencié, en varios lugares del planeta, episodios consecutivos que han de avergonzar a quienes aspiran a un fútbol libre, limpio y democrático".

El antiguo jugador puso un ejemplo, en alusión a lo sucedido en el último congreso de la Concacaf.

"Vi a presidentes de federación que un día comparaban a los líderes de la FIFA al Diablo y, en el otro, comparaban desde el estrado a estas mismas personas con Jesús Cristo. Nadie me lo contó. Fui yo mismo que lo presencié", señaló.

Figo prosiguió con las razones que le llevaron a renunciar: "A los candidatos no les permitieron dirigirse a las federaciones durante los congresos, mientras uno de los candidatos hablaba siempre él solo desde lo alto de una tribuna. No existió un único debate público sobre los programas de cada uno".