AC Milán quería coronar con otra Champions League a una generación dirigida por Carlo Ancelotti que se llenó de gloria en la primera parte de la década del 2000. Y todo parecía indicar que la séptima orejona de su historia se iba a obtener en Estambul, donde derrotaban por 3 goles a 0 a Liverpool al término del primer tiempo.

Sin embargo, los Reds hicieron que la final de la Champions 2004-2005 se transformara en una de las más inolvidables de la historia. Steven Gerrard, Vladimir Smicer y Xabi Alonso igualaron el partido con goles entre el minuto 54' y el 60'.

Nadie lo podía creer. Ni en el estadio ni en todos los rincones del mundo en que se seguía el partido por televisión, radio o internet. Lo que parecía un trámite para el cuadro rossonero, se convertiría en una pesadilla. Liverpool, apelando a todos los recursos posibles, igualaba una historia que ya parecía escrita.

El partido se fue a alargue y posteriormente a los penales. Ahí Liverpool se impuso por 3 goles a 2, con el portero checo Jerzy Dudek como gran figura del encuentro. Un 25 de mayo inolvidable para los dirigidos por Rafa Benítez. Dos años más tarde se repetiría la misma final, pero el título volaría a Italia. Sin embargo, el recuerdo de Estambul quedó grabado para todo el mundo.