El número de víctimas fatales del derrumbe de tres edificios en Río de Janeiro aumentó esta madrugada a 16, tras el hallazgo de dos cuerpos en los escombros del desastre ocurrido en la noche del miércoles en la zona céntrica de la ciudad brasileña.

El número de desaparecidos es estimado por las autoridades en alrededor de 20, pero el jefe de la Defensa Civil, el coronel Sergio Simoes, admitió hoy que ya no hay esperanzas de encontrar a nadie con vida.

"Lamentablemente, ya no creemos que haya supervivientes. Todos los cuerpos estaban muy heridos, lo que demuestra que hubo un impacto muy fuerte de la estructura. No hemos retirado ningún cuerpo que no presentara algún tipo de trauma", dijo el coronel Sergio Simoes, quien coordina las búsquedas de las víctimas.

Según el oficial, los cerca de 100 bomberos que trabajan en la remoción de los escombros llegaron a un punto donde estarían soterradas las víctimas todavía dadas como desaparecidas.

"Estas personas están concentradas cerca de la escalera, lo que nos hace creer que intentaron salir del edificio cuando detectaron las señales del derrumbe", agregó el jefe de la Defensa Civil, quien afirmó que todavía no hay un plazo definido para el término de los trabajos.

Pese a que las autoridades descartaron la posibilidad de hallar a supervivientes, las decenas de personas que desde la noche del miércoles aguardan noticias sobre familiares y amigos desaparecidos mantienen viva la esperanza.

"Estamos todos preocupados y tensos, pero la esperanza se mantiene", dijo César Vasconcelos, de 41 años, cuyo hermano menor, Luiz, trabajaba en uno de los edificios destruidos.

Según el alcalde Eduardo Paes, hasta la mañana de este viernes ya habían sido retiradas 15.000 toneladas de escombros, correspondientes al 80 por ciento del total.

La tragedia, que llevó al gobernador de Río, Sergio Cabral, a dictar tres días de luto en el estado, generó conmoción en Brasil y perplejidad entre los expertos, que buscan descubrir la causa del derrumbe ocurrido cerca del centro histórico de la ciudad que recibirá la final del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Según el alcalde, todavía no existen "respuestas definitivas" sobre la causa del desastre, aunque los expertos virtualmente descartaron la hipótesis de que un escape de gas haya generado una explosión seguida del derrumbe: "La posibilidad de explosión es casi cero".

"Estamos cosechando informaciones de los expertos que estuvieron en el lugar y todo será verificado. Nadie sabe contestar todavía si (el derrumbe) ocurrió a raíz de un daño estructural (de los edificios). Se estudiarán y analizarán varias hipótesis", agregó.

A su vez, el presidente del Consejo de Arquitectura y Urbanismo (CAU) de Río, Sydnei Menezes, se manifestó perplejo ante el accidente, ya que, según apuntó, no hubo ninguna señal de problemas estructurales en los edificios antes del derrumbe: "Hubo un colapso fulminante de la estructura. Fue un hecho inédito".

Menezes consideró poco probable que el derrumbe de los tres edificios de oficinas -de 20, 10 y cuatro pisos- haya sido causado por una inestabilidad del terreno donde fueron construidos en la primera mitad del siglo pasado.

"Los demás edificios ubicados alrededor del lugar del desastre no se vieron afectados, ni siquiera el Teatro Municipal, que es una obra de 1904", expresó.

La policía, que empezó a investigar hoy el accidente, considera hasta ahora como más probable la hipótesis de que el edificio más alto, de 20 pisos, se haya derrumbado a raíz de problemas en la estructura causados por obras de reforma realizadas por sus ocupantes en por lo menos dos de sus plantas.