Al menos 136 personas, murieron este martes en un ataque de los talibanes en una escuela para hijos de militares en Peshawar, principal ciudad del noroeste de Pakistán.
Un balance anterior de las autoridades indicaba que entre los fallecidos 84 eran niños y adolescentes.
Los combates entre el ejército y los asaltantes proseguían a media jornada. El ataque fue reivindicado por los talibanes, que dijeron actuar en represalia a la ofensiva militar contra sus bastiones en la región.
Un oficial de policía de alto rango dijo que dentro del edificio se escuchó una "fuerte explosión".
El gobierno local informó a través de Twitter que se darán tres dís de duelo nacional.
Las autoridades militares paquistaníes dijeron que estaba en marcha "una operación de rescate" y que el grueso de los estudiantes y profesores había sido evacuado.
Un alto rango militar dijo que las tropas han rodeado la escuela, mientras que medios de televisión mostraron imágenes de agentes tomando posiciones.
Según dijo una fuente de la escuela a la agencia AFP, al menos cinco atacantes vestidos con uniforme militar entraron al establecimiento hacia las 10:30 horas locales (02:30 horas en Chile).
Esta escuela, cuyos estudiantes tienen entre 10 y 18 años, está ubicada en la ruta entre Peshawar y Warsakm y forma parte de una red de 146 establecimientos para hijos de personal militar. Sin embargo, también asisten hijos de civiles, y muchas veces las mujeres de los agentes ejercen como profesoras.
Mohamed Umar Jorasani, portavoz de la principal facción del Movimiento Talibán Paquistaní (TTP) reivindicó el ataque y dijo que los militantes utilizaron a francotiradores y a suicidas.
"Se les ordenó disparar a los estudiantes más mayores, pero no a los niños", afirmó a la AFP y declaró que el objetivo de la operación era vengar a sus combatientes muertos en la ofensiva militar contra ellos en sus bastiones cerca de Peshawar.
Pakistán lleva a cabo una lucha contra los grupos islamistas en sus regiones semiautónomas desde 2004, cuando su ejército entró en el área para buscar combatientes de Al Qaida que huían de Afganistán ante la presión estadounidense.