Fuegos artificiales, el presidente Obama vestido con un chaqueta de Mao, China impulsando instituciones económicas y de seguridad que pasan por alto el orden regional suscrito por Estados Unidos.

La impresión abrumadora de la reciente cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) fue de que el presidente Xi Jinping estaba dando símbolos y substancia a su "sueño chino" y de que comenzó el gran partido entre la superpotencia existente y la aspirante.

El último gran juego estadounidense en Pekín antes de la llegada de Obama fue entre los Brooklyn Nets y los Sacramento Kings.

La Asociación Nacional de Baloncesto de Estados Unidos, la NBA, genera pasión en Pekín. En lo que respecta a entretenimiento y energía, es difícil de igualar.

Las porristas en sus bikinis con lentejuelas, las mascotas de los equipos que abrazan a la multitud. Aquí hay una generación que se crió con el deporte estadounidense, Hollywood y perros calientes.

¿Qué es lo que tiene EE.UU. que embelesa a esta audiencia?

"Las estrellas. Kobe Bryant. Kevin Durant. LeBron James".

"Michael Jackson, Vanilla Ice, MC Hammer".

"La música, las películas, Hollywood, el deporte, la comida".

Hace 35 años, China restableció relaciones diplomáticas con EE.UU., parte de su travesía desde el aislamiento para reincorporarse a la economía global.

Washington creía que después de décadas de exposición al sueño americano, China sucumbiría a sus valores, incluidos la libertad de expresión y la democracia.

Pero hasta ahora China se ha quedado con el deporte y el entretenimiento, descartando el resto.

Tomando impulso

Una tarde de domingo por encima de un emporio de té en el oeste de Pekín, niñas de siete años en vestidos de seda de colores brillantes tocan antiguas cítaras chinas. Muchas entre la audiencia también visten atuendos tradicionales.

La Asociación de Vestidos Han se reúne semanalmente para preservar un legado que sus miembros creen es más rico que cualquier cosa que Hollywood tenga para ofrecer.

Resplandeciente en su túnica roja bordada, Liu Baokun dice que grupos como éste están tomando impulso en todo el país.

"El mundo se está desarrollando de un modo extremadamente rápido y el Partido (Comunista Chino) está hablando de construir una sociedad armoniosa", afirma.

"La cultura china tiene miles de años, nos la pasaron nuestros ancestros y sigue siendo central en nuestras vidas. Promover esta cultura es una meta para el partido y es un objetivo que nosotros, el pueblo chino, comprende y comparte".

Una tarde de poesía y canción de la dinastía Tang recuerda a la audiencia que la edad de oro de China, en el Siglo VIII, está muy en armonía con el mensaje que llega de arriba.

El lema del presidente Xi es el gran rejuvenecimiento de la nación china, lo cual incluye la cultura, tradiciones políticas, poesía y paternalismo.

El profesor Wang Yiwei, de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Renmin, advierte que la China del presidente Xi desafía una cosmovisión mundial estadounidense.

"Soñamos el sueño chino ahora. Antes, todos soñaban el sueño americano. EE.UU. es un país construido sobre el excepcionalismo americano, la idea de que los estadounidenses son el pueblo escogido de Dios, una potencia insuperable.

"Pero ahora, lo sentimos, ustedes los estadounidenses están en segundo lugar después de China. ¿Podrá EE.UU. aceptar esto? ¿Podrá reconfigurar su identidad y sentimiento de superioridad?"

Mucho en común

En la cumbre del APEC en China, el presidente Obama demostró que estaba preparado para probarse la ropa.

Es una tradición de APEC que se use el traje típico del país anfitrión, y Obama usó su traje de seda de cuello alto de Mao con gracia, mientras parecía disfrutar los fuegos artificiales y la actuación predeciblemente épica de danzas y tambores.

El hecho es que China y EE.UU. tienen mucho en común. Ambos son países que creen en su propio destino especial y que ven su cultura como un regalo excepcional a la humanidad.

Los dos son enormes potencias continentales, uno que dirige al mundo ahora y el otro que lo ha hecho en el pasado y espera volver a hacerlo.

Por supuesto, hay tantas diferencias como similitudes. EE.UU. es una joven democracia a la que le gusta discutir, mientras que China es un antiguo estado burocrático.

Al terminar la cumbre de APEC y comenzar la cumbre entre EE.UU. y China, la pregunta inquietante en ambos eventos, en Pekín, es: ¿cuál gigante es más resistente para los desafíos del Siglo XXI?