Una descompensación llevó a que el martes pasado el ex gerente general de Penta, Hugo Bravo, fuese internado en la Clínica Las Condes. A partir de este hecho, anunciado en la última edición del semanario Qué Pasa, el imputado no llegó a la audiencia para el juicio abreviado al que sería sometido por la Fiscalía Oriente, el que fue reagendado para el 28 de febrero.

Los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, sin embargo, no se molestaron ante la ausencia del ex gerente general. Hugo Bravo, como imputado, colaboró con la justicia informando de todos los movimientos de los ejecutivos de Penta para defraudar al fisco y financiar políticos.

Según Qué Pasa, cuando Bravo fue formalizado en marzo del 2015, a causa de una descompensación fue autorizado por la Corte de Apelaciones a cumplir su cautelar fuera de prisión, a diferencia de sus ex jefes, en arresto domiciliario total.

Frente a lo ocurrido la semana pasada existen dos teorías. La primera, a propósito de que la diabetes tipo 1 que sufre no permite desórdenes, dice que Bravo no se cuida en la dieta, "es dulcero y a veces bebe whisky. Con esto, el azúcar se le va a las nubes", reza la nota del semanario.

La segunda hipótesis se funda en lo que han presenciado los vecinos de su departamento en el sector Los Trapenses de Lo Barnechea. Dicen que Bravo arroja sus medicamentos por la ventana. Se supone que, si los bota, estaría dejando de tomarlos. Según Qué Pasa, "el ex gerente consume muchos remedios. Además de diabetes, sufre de hipertensión, neuropatía de Charcot, problemas cardíacos, renales y depresión".