El proceso de apelación de Silvio Berlusconi a su sentencia por abuso de poder y por pagar para tener sexo con una menor de edad comenzó el viernes, una nueva batalla legal que podría limitar severamente cualquier rol político activo para el ex primer ministro italiano.
Berlusconi fue sentenciado el año pasado por pagar por sexo con una ex bailarina de un club nocturno llamada Kharima El Mahroug -conocida como "Ruby Robacorazones"- cuando ella tenía menos de 18 años, y de abusar de su autoridad para liberarla de la custodia policial por acusaciones de robo.
Berlusconi fue cuatro veces primer ministro y aún es el político más influyente de la centro derecha italiana. Se le sentenció a una pena de siete años de cárcel y se le inhabilitó para tener un cargo público.
Berlusconi no pasará ni un día en prisión a menos que su condena sea ratificada y que se agote el proceso de apelaciones de dos etapas. El proceso que empezó hoy fue la primera parte.
El veredicto final para el llamado "caso Ruby" podría tener implicaciones para Berlusconi y para su libertad de desempeñar actividades políticas.
Berlusconi recibió una sentencia definitiva por fraude tributario el año pasado y fue despojado de su asiento en el Parlamento. Se le condenó a cuatro años de cárcel, pero su sentencia fue conmutada a un año de servicios a la comunidad bajo una amnistía general.
Sin embargo, una segunda condena definitiva en un juicio criminal violaría los términos de la amnistía, implicando que Berlusconi tendría que cumplir arresto domiciliario.
El político niega cualquier mal actuar y dice que está siendo perseguido por magistrados de izquierda por razones políticas.