Fuertes bombardeos se reanudaron hoy en la capital libia, Trípoli, luego de tres días de relativa calma tras más de un mes de enfrentamientos en las calles entre facciones rivales armadas que se disputan el control del aeropuerto de la ciudad.
Libia enfrenta la peor ola de violencia desde el alzamiento de 2011, que derrocó a Muammar Gaddafi y dejó más de 200 muertos. Muchas embajadas occidentales y empresas internacionales han evacuado a su personal.
No se informó inmediatamente sobre la cifra de víctimas provocadas por los nuevos enfrentamientos. Pero el Ministerio de Salud dijo que no podía comunicarse con los hospitales por los cortes de energía y de combustible en la capital libia.
"Hemos tratado de conseguir información y detalles, pero es muy difícil comunicarse con los médicos", dijo el portavoz de la cartera de salud, Ammar Mohammed.
Una delegación de Naciones Unidas (ONU) llegó a la ciudad el viernes para tratar de organizar un cese del fuego entre las facciones de Misrata -aliadas con islamistas- y sus rivales, que están aliados con el pueblo occidental de Zintan.
Las milicias de Misrata y Zintan pelearon juntas para derrocar a Gaddafi, pero desde hace tres años se han negado a deponer las armas y su rivalidad ha llevado a una sangrienta batalla para definir al grupo con el control de Libia.
Un funcionario de la delegación, que prefirió que se mantenga reserva de su identidad, dijo el sábado que los enviados de la ONU mantenían el optimismo.
"La misión se ha reunido con varios actores claves y sigue bastante optimista sobre la posibilidad de conseguir un cese del fuego", dijo el funcionario.
"A la delegación le preocupa mucho las consecuencias humanitarias de la crisis actual si no se logra rápidamente un cese del fuego", agregó.
El Parlamento de Libia, elegido hace un par de meses, abogó por un inmediato cese de las hostilidades, pero el principal partido político islamista del país y sus aliados se oponen al hecho de que el Poder Legislativo esté sesionando en la ciudad de Tobruk, en el este de Libia, lo que califican de inconstitucional.
"Reconocemos al Parlamento, pero no reconocemos sus sesiones en la ciudad de Tobruk, ni ninguna de las decisiones que provengan de allí", dijo a medios el sábado Ahmed Hadil, un portavoz de las brigadas de Escudo Central de Libia, una de las milicias que luchan por el control del aeropuerto.
Desde el derrocamiento de Gaddafi, el Gobierno libio no ha logrado controlar a las milicias rivales de ex rebeldes, que lucharon juntos contra el dictador libio, pero que ahora se niegan a deponer las armas y que cuentan con el apoyo oficial o extraoficial de Ministerios o políticos.