Durante varios meses Sebastián Edwards se ha refugiado en su casa de Los Angeles, EE.UU., para dedicarse full time a la escritura de su segunda novela, un texto que trata sobre dos historias simultáneas que suceden en un día de los años 60.
"Una; es una historia de amor; un amor tortuoso, muy apasionado e imposible. La otra es la historia de una misión clandestina, tan importante como improbable", adelanta el economista.
Esta semana Edwards debió interrumpir sus días de escritura. Apenas su avión aterrizó el martes pasado en Santiago -a las 6:00 a.m.-, y tras instalarse en el Hotel Ritz Carlton, se sumió en una recargada agenda: el miércoles estuvo en el VII Seminario de Moneda Asset Management -"Lo que el viento se llevó: de vuelta a los fundamentos"-, coordinó almuerzos, desayunos y encuentros con amigos economistas, políticos y familiares y pactó una reunión a todas luces noticiosa: con el candidato Marco Enríquez-Ominami (MEO).
No lo conocía. Cuenta Edwards que "su entusiasmo y buenas ideas" lo intrigaron. Por eso desde EE.UU. intercambió un par de e-mails con el postulante para sellar una cita con él y el equipo que lo acompaña.
"Tuve curiosidad por conocer a este joven político cuya campaña le ha inyectado vida al panorama electoral y que ha dado tanto que hablar al país", dice.
¿Quién los puso en contacto?
Paul Fontaine fue alumno mío en UCLA. Es uno de los mejores alumnos que he tenido en mis más de 30 años de docencia en algunas de las mejores universidades del mundo. Es un buen economista y un empresario muy exitoso. El que esté en la campaña de MEO es muy bueno; es una garantía de profesionalismo.
¿Qué opina de la campaña de Enríquez-Ominami?
Es un político atractivo y valiente, que se atrevió a denunciar la falta de democracia interna en la Concertación. La verdad es que es impresentable que, a estas alturas del siglo XXI, políticos que se autodefinen como progresistas se hayan negado a hacer una primaria democrática. Creo que es un escándalo, que habla de la rapacidad y ambición desmedida de dirigentes que actúan como señores feudales. Políticamente, lo de MEO es muy interesante.
¿Hoy Sebastián Edwards es piñerista, freísta o enriquista?
Soy un observador interesado que vive fuera de Chile. Y que no puede votar, porque todavía -después de 20 años del término de la dictadura- la UDI no me lo permite. No estoy ni inscrito. A mí la UDI no me deja votar. No vivo acá, no voy a vivir acá. No tengo obligación de nada.
Pero hipotéticamente, si pudiera hacerlo ¿por quién se inclinaría?
La gracia de no poder votar es no tener que tomar esa opción. Pero lo que sí encuentro es que las otras dos campañas -Frei y Piñera- son latosísimas y la de MEO es la más entusiasta.
¿Es la que más lo entusiasma?
La de Marco es una campaña valiente en un mundo extraordinariamente conservador. Todos están asustados, éste es un país de gente asustada y Marco rompe con eso.
PLAN ECONOMICO
La propuesta económica de MEO provocó un debate no menor. El mensajero -Paul Fontaine- fue visto con suspicacias: ¿qué hace un reconocido derechista con Enríquez-Ominami? fue la crítica. También el tenor del plan: se le acusó de poco sustancioso, una mescolanza de ideas, demasiado liberal.
Edwards opina todo lo contrario: "Creo que hay ideas muy buenas. Ideas frescas y audaces. Lo de abrir al mercado las empresas públicas es brillante y muy positivo. Otras ideas son debatibles, pero el propio MEO ha dicho que se trata de una plataforma de discusión.
¿Qué le parece la idea de MEO de privatizar el 5% de Codelco?
Me parece que se quedan cortos. Yo haría lo de Petrobras en Brasil: ofrecería en el mercado un porcentaje significativamente más alto de las acciones de Codelco, digamos el 40%. Nótese que mientras el Estado mantenga más del 50% de la propiedad no podemos hablar, en rigor, de privatización.
Usted ha dicho, y se infiere de su libro Populismo y Mercados en América Latina, que "al final, el populismo siempre fracasa". Se ha dicho bastante que la candidatura y las propuestas de Enríquez-Ominami son "populistas y oportunistas". ¿Comparte ese comentario?
En Populismo y Mercados -libro que saldrá en octubre- afirmo que los populismos siempre fracasan. Pero no creo que las propuestas de MEO sean populistas. Paul Fontaine se ha preocupado de que las propuestas mantengan los equilibrios fiscales. Además, han hablado repetidamente de profundizar la competencia verdadera y leal, y no de eliminarla. Es importante hacer notar que ninguno de los tres candidatos principales en Chile es populista: ni Sebastián Piñera, ni Eduardo Frei ni Marco Enríquez-Ominami. En Chile los populismos están desterrados de la política seria.
ANALISIS POST-CEP
¿Cuál es su conclusión frente a la encuesta CEP? ¿Le sorprendieron los resultados o vislumbraba ese escenario?
No me sorprendió. Siempre pensé que la elección iba a ser muy reñida. También me parecía claro que Marco Enríquez-Ominami había capturado la imaginación de una serie de votantes jóvenes que están cansados del duopolio de los dos conglomerados tradicionales.
¿Cuáles son las interrogantes que surgen tras dicha encuesta?
Creo que la pregunta clave es si MEO seguirá subiendo o si se estancará. Y si sube, a quién le sacará más votos. Creo que MEO tiene mucho espacio para crecer. Me da la sensación de que hay mucha gente joven aburrida del autoritarismo de los caciques políticos; gente que quiere una modernización del país y de la política, y que ven en Marco una opción interesante.
Tenemos más o menos claro cuántos votos le resta MEO a Frei, pero a su juicio cómo afecta a Piñera la opción del diputado. Sobre todo por la idea del cambio y renovación.
Creo que hay algo de eso. La campaña de Piñera, que fue muy lúcida y atractiva la vez pasada, se ha marchitado. La profusión de grupos de trabajo y comisiones técnicas dan una sensación de ser competentes, pero al mismo tiempo falta visión y liderazgo. Mi consejo es que Sebastián Piñera se deshaga de los grupos Tantauco -o que los relegue a un segundo nivel- y que afine su visión personal de país.
A muchos sorprendió el apoyo a Frei en la CEP. No eran pocos los que lo daban por muerto electoralmente.
Creo que era esperable. Frei se ha consolidado como el candidato del establishment oficialista, y éste es poderoso y atrae votantes, especialmente entre aquellos que se benefician del aparato burocrático y de gobierno.
¿Cuáles son las debilidades de Frei?
Representa al pasado. No necesariamente malo, pero pasado al fin.
¿Cree que podrá ser puente entre la nueva y la vieja política tal como lo ha dicho?
Es difícil. La nueva política exige democracia interna y el proceso por el cual fue ungido candidato presidencial de la Concertación no fue precisamente un proceso democrático ni transparente. Y eso lo deja seriamente herido como candidato.
¿Cree que su propuesta económica será más estatista?
La política económica del gobierno de Frei no fue estatista. Al contrario, fue pro mercado y bastante buena. Por lo que ahora ha dicho, su nueva propuesta involucra mucho mayor injerencia del Estado.
¿Cómo ve la carrera presidencial de Piñera?
Se ve desorientada, sin un norte claro. Es algo muy raro. Me parece que necesitan una brújula. Además, deben dejar de pelear internamente: siempre he dicho que no se puede subestimar la capacidad ilimitada que tiene la derecha de meterse autogoles.
¿Qué opina del fideicomiso ciego de Piñera?
Lo resolvió un poco tarde y no demasiado bien. Siempre he pensado que debiera donar una parte muy sustancial de su fortuna a una fundación. Yo sé que Sebastián Piñera financia muchas obras buenas a través de la Fundación Futuro, pero no es suficiente. Lo importante es hacer una gran, pero gran donación, para dotar a la fundación de un capital sustancial. Estoy pensando en algo de verdad grande; algo inédito en la historia de este país. Además, si lo hiciera, daría un ejemplo buenísimo en un país donde los grandes actos filantrópicos son bastante escasos.
Alaba a Fontaine, ¿cómo evalúa al equipo económico de Piñera?
Excelente. Son puros genios. Todos geniales. El problema es que es mucho equipo y poca visión. El grupo es excelente, pero a la campaña le falta una visión de largo plazo que capture la imaginación de la gente.
BACHELET Y VELASCO
¿A qué atribuye la alta adhesión a la presidenta Bachelet?
Éste ha sido un gobierno serio.Y eso a la gente le gusta. Un gobierno responsable y relativamente ordenado, con algunos ministros -Andrés Velasco, por ejemplo- que son superestrellas. En mi opinión no ha avanzado demasiado en las grandes modernizaciones, pero sí lo ha hecho en temas de protección social.
¿Cómo ve su manejo de la crisis económica? ¿Cuáles han sido sus falencias y sus fortalezas?
El manejo durante la crisis ha sido ejemplar. El Ministerio de Hacienda se dio cuenta de la magnitud del descalabro antes que la mayoría de los analistas privados, y ya en enero tenían un paquete fiscal en marcha. Las iniciativas conjuntas con el sector privado para retener trabajadores vía entrenamiento también son muy positivas.
¿Y las de Andrés Velasco?
Como dije, Andrés Velasco ha sido un ministro superestrella. Es verdad que en algunos temas -la flexiguridad, la reforma de los notarios y otros- no ha logrado sus objetivos, pero no ha sido por falta de empeño, sino que por impedimentos políticos.
Algunos economistas critican la expansión fiscal. ¿Usted qué posición tiene?
En términos generales no me preocupa. Lo que hay que mirar es la posición patrimonial del Estado, y no el déficit puntual en un año en particular. Y cuando eso se hace, Chile está en una posición única: es un acreedor neto. Ahora, lo importante es que cuando la crisis pase -y va a pasar- el gasto se recorte. Eso es hacer política fiscal contracíclica, y ése ha sido siempre el objetivo del ministro.
Velasco es otro de los mejor evaluados hoy por los chilenos. Incluso se especuló con una eventual candidatura presidencial...
Andrés Velasco ha dicho que no le interesa. Él fue a un colegio donde le enseñaron a no mentir nunca. Y yo le creo.
¿Lo ha conversado con él?
Andrés y yo somos amigos desde hace muchos años. Tenemos una muy buena relación y trato de verlo cada vez que viajo a Chile. Nos vemos a solas y en privado. Y lo que conversamos es, justamente, privado.
Algunos analistas aseguran que la economía sigue en la "UCI", pero que ya se están notando algunos signos de reactivación. ¿Cómo ve usted el panorama?
La economía mundial demorará en remontar. No veremos signos firmes de recuperación antes del próximo año. Es muy difícil pensar que Chile tendrá una recuperación mucho más rápida que el resto del mundo. Por eso, veo una estabilización a los niveles actuales por los próximos 4 a 6 meses. La recuperación más firme se empezará a notar para la Navidad.
En el e-mail que me envió para pactar esta entrevista usted me comentó: "Lo interesante de la economía en Chile es lo patético de la discusión y de las propuestas". ¿A qué se refiere en concreto?
Es lo que decía anteriormente: los candidatos del establishment están presentando programas que no encienden ningún entusiasmo. Por más que el ex presidente Frei trate de chasconearse, lo que ofrece no suma, no hay visión, no da para una narrativa nacional del futuro. Y el candidato de la oposición no ha podido recuperar la frescura de la campaña anterior. Éste es un cuadro de un establishment un poquito patético, ¿no?