El Banco Central (BC) esperará a que el alto nivel de consumo de la economía se modere antes de mover a la baja la Tasa de Política Monetaria (TPM) a fin de amortiguar la desaceleración del PIB, sostiene el economista Sebastián Edwards, académico de la Universidad de California, Los Angeles. A su juicio, la cautela que ha mostrado el instituto emisor va en esa línea y es la señal correcta.
Esta semana, el BC presentó su Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, según el cual la economía disminuirá su ritmo de expansión en 2013 a un rango de entre 4% y 4,5% (con uno de 4% a 5% en 2014), desde el 5,6% anotado en 2012. Pese a eso, el consumo se expandiría 5,6% este año, estimación que es más alta que la hecha en junio, de 5%.
También situó en 4,8% del PIB su pronóstico de déficit en cuenta corriente para 2014, lo que representa un deterioro adicional frente al déficit de 4,5% previsto para el presente ejercicio.
Para Edwards, la fortaleza del consumo tenderá a disminuir en los próximos meses. En tanto, cree que es necesario seguir de cerca el déficit externo, ya que es producto del apalancamiento corporativo y de la banca, explica.
¿Está de acuerdo con la mirada de la economía que entrega el último IPoM del BC?
La del BC es una mirada acertada. De hecho, lo de una tasa de crecimiento más moderada para este año y el próximo no es novedad para nadie. Es algo que se había comentado ampliamente en diversos círculos. La pregunta es ésta: ¿No está siendo el Central un poco optimista respecto del próximo año? Yo creo que la respuesta es "sí." Me parece que la cosa viene un poco más difícil.
¿Por qué viene más difícil?
Esencialmente por la cosa externa, por el cambio en la composición del crecimiento global y el hecho de que los mercados emergentes están desfavorecidos por los inversionistas. Esa falta de entusiasmo inevitablemente le salpica a Chile.
¿La desaceleración que muestra la economía chilena, dados los rangos de crecimiento previstos por el BC para éste y el próximo año, justifica una baja de tasas?
No aún. Como correctamente apuntó Rodrigo Vergara, hay una desaceleración del PIB, pero el consumo continúa su dinamismo. De hecho, ante una economía mundial incierta, con muchos países emergentes con problemas -Brasil, India-, lo lógico es que Chile también se desacelere. El desafío es lograr que éste sea un aterrizaje suave. Las tasas debieran mantenerse, al menos por ahora. El Central tiene la actitud correcta de "esperar y observar".
Pero la señal de este IPoM sobre la TPM es a la baja. ¿Cuándo podría partir ese proceso, más hacia fin de año?
Una de las variables importantes a considerar es qué van a hacer los otros bancos centrales, incluyendo la Reserva Federal. Los datos de empleo en EE.UU. del viernes recién pasado, hacen pensar que la Fed va a postergar su salida del mercado de bonos, y eso impacta a las tasas de interés globales. La diferencial internacional de tasas de interés es importante, ya que, entre otras cosas, influye sobre el tipo de cambio. Y ésta es una variable clave en la economía chilena. Por eso, mi consejo a nuestro Banco Central es, como dije, esperar.
Si la Fed atrasa su salida del mercado, ¿hasta cuándo lo hará?
La Fed tiene un actitud de "esperar y observar los datos económicos". Los de empleo que salieron el viernes fueron decepcionantes y el desempleo se mantiene en 7,3%. El mercado está cambiando mucho de opinión. El jueves, el bono del Tesoro de dos años tuvo por primera vez en tres años un rendimiento sobre 50 puntos base, pero el viernes se revirtió. La situación no es muy clara y mi impresión es que el comienzo de la disminución de la compra de bonos será en el invierno [boreal] de 2014.
¿El presidente de la Fed va a querer dejar iniciado el fin de esa política?
Ben Bernanke deja el puesto el 31 de enero y creo que reducirá la compra de bonos en la reunión de la Fed de diciembre, muy gradualmente, de US$ 85.000 millones al mes, a US$ 80.000 millones, pero para poder decir "yo inicié esta política y la apliqué a cabalidad y también comencé su término".
Situación del consumo
Volviendo a Chile, si el BC baja la tasa antes de que el consumo se desacelere, ¿cuál es el riesgo?
Como señalé, es importante que el Banco Central sea paciente y que actúe con parsimonia. Los banqueros centrales atolondrados son un desastre. Eso lo vimos durante la crisis asiática cuando el Central reaccionó en forma excesiva, generando una profunda recesión que no era necesaria. Ahora, un tema importante tiene que ver con las cuentas externas, con el déficit de cuenta corriente. Es una variable que hay que monitorear con cuidado; hay que tener conciencia de que no debe salirse de cierto rango.
Contrario al análisis del BC, el director para A. Latina de Moody's, Alfredo Coutiño, planteó que Chile sigue sobrecalentado, lo que se ve reflejado en el aumento de las importaciones y en la aparición de un déficit de balanza comercial. El sugiere subir la tasa. ¿Qué le parece ese análisis?
Sí, el déficit de cuenta corriente es importante. Ahora, en Chile este déficit no está siendo financiado por mayor endeudamiento del gobierno. El financiamiento se produce por medio de mayor deuda externa del sector privado. En ese sentido, es importante que las autoridades sigan de cerca el nivel de apalancamiento corporativo y de la banca. En las últimas semanas el caso de SQM y sus cascadas ha sido muy ilustrativo. Hemos visto cómo la combinación de un shock externo, sobrendeudamiento de compañías matrices y malas prácticas corporativas, puede ser muy dañina.
¿De qué depende que baje el consumo?
Hay un rezago en las decisiones de consumo de las familias y la situación que ellas perciben del mercado en general. Por lo tanto, creo que lo que está operando es una dinámica normal en la que primero viene la percepción y después los cambios en los planes de consumo y eso demoran unos meses. Diría que vamos a ver una moderación del consumo después del verano, en marzo.
El consejero del BC Joaquín Vial advirtió el viernes en una entrevista que si el consumo no baja y el déficit en cuenta corriente persiste, puede producirse una situación externa más vulnerable. ¿Qué probabilidad hay de eso?
Vulnerable es quizás una palabra demasiado fuerte. El déficit en cuenta corriente es un tema que hay que considerar, no cabe duda, pero el tema esencial es el endeudamiento del sector privado. La vulnerabilidad viene por ese lado.
Mira lo que está pasando con SQM. Los bancos de la plaza están muy expuestos a esa empresa. El tema es que hay un endeudamiento importante del sector privado para financiar proyectos buenos, pero algunas compañías están sobreapalancadas y eso puede ser un problema.
¿Cuál es el mayor peligro que enfrenta la economía chilena en los escenarios interno y externo?
En lo interno, las elecciones son importantes. La pregunta es si van a afectar lo que [el economista John Maynard] Keynes llamó los "espíritus animales". Si estos espíritus decaen, se reduce la inversión y, con ello, el crecimiento económico y el empleo. Por eso es importante que Michelle Bachelet vaya despejando dudas, que explique su programa en detalle, que convenza a los votantes que su propósito es transformar a Chile en un país moderno por medio de mecanismos amables, por medio de la persuasión y de una gran política de acuerdos.
¿Y respecto de lo internacional?
El cambio de locomotoras en la economía mundial presenta un desafío. Ya no se habla de que la fuerza expansiva está dada por los países emergentes. De hecho, el FMI cambió su cantinela radicalmente con respecto a lo que decía en abril. Ahora la locomotora es la de los países avanzados. Y esto significa que hay menos interés en los emergentes, menos flujos de capital y mayores costos del dinero. Además, hemos visto que, al final, lo de los BRIC era una gran ilusión, una burbuja gigante que está cayendo como un ladrillo. De los cuatro países -Brasil, Rusia, China e India-, el único con sustento real es China. Pero aun así, no es un país exento de problemas. De hecho, los tiene, y muchos.
A partir de las próximas acciones del BC y del escenario internacional, ¿seguirá subiendo el dólar? ¿Hasta qué niveles?
Durante mi último viaje a Chile -a principios de junio- dije que a finales de año el tipo de cambio iba a estar en la vecindad de los $ 517. Se dijo, en ese momento, que eso era imposible. Luego, cuando vino el alza, varios analistas dijeron que me había quedado corto. Hoy, al mirar el escenario y considerar el rumbo más probable de la economía mundial, nuestro modelo dice lo mismo: un dólar en el rango de $ 515 y $ 520.
Si el dólar sigue subiendo, ¿puede pegarle a la inflación y sacarla de su actual nivel confortable? ¿Y si sube el petróleo a raíz de lo de Siria?
Si bien el efecto del tipo de cambio sobre la inflación es mucho menor que en el pasado, aún es importante. Pero, ojo, no estamos hablando de grandes saltos; no es una depreciación mayúscula o desenfrenada, por lo que los efectos de esta depreciación sobre los precios no debiera preocuparnos demasiado. Ahora, hay que notar que todo lo referente a proyecciones se hace en el ámbito probabilístico. Hablamos de escenarios con determinadas probabilidades, de rangos posibles, de valores esperados con un cierto grado de dispersión. Y el escenario más probable es el de un dólar de $ 517.