Un año alcanzó a estar Sebastián Jaime en la Universidad Católica de Mario Salas. Fue durante 2016, en una temporada brillante para los cruzados, con un histórico bicampeonato de por medio, la consecución de la Supercopa de Chile y la clasificación a la Copa Libertadores. El argentino, eso sí, trascendió poco en la cancha, con apenas un partido de liga actuando los 90 minutos, muchas veces viniendo desde el banco (otras tantas sin salir de él) y con sólo tres goles en su estadía en la precordillera. El delantero que se hiciera conocido en Chile luego de fichar por La Serena en 2010 sabía que con un equipo armado como la UC las chances de revertir su suerte y sumar más minutos eran escasas. Y salió a buscar club luego de rechazar una oferta de renovación por seis meses.
Ahí apareció Unión Española, un viejo amor del ex Argentinos Juniors y que con Martín Palermo como entrenador nuevamente le abrió las puertas del Santa Laura.
Los rojos, a quienes en su primera etapa defendió entre 2011 y 2014, jugaban Copa Libertadores y el estratega veía en Jaime a un hombre que podía darle las alternativas necesarias en ataque. Y el martes por la noche respondió con creces a la confianza del estratega: jugó como titular en su reestreno con la camiseta hispana justamente en el debut copero, ante Cerro de Uruguay en Montevideo.
Sebastián fue al sacrificio. El Titán dispuso que Churín y Salom fueran los atacantes, mientras que el nacido en La Plata jugó como un cuarto volante, bien abierto, intentando tapar las subidas rivales y ofreciéndose como alternativa cuando su equipo atacara. El atacante de 30 años corrió durante los 90 minutos y fue uno de los más destacados. Estuvo a tono con sus compañeros de ataque, quienes desde ya, junto a Jaime, anuncian que tendrán una de las delanteras más difíciles de enfrentar dentro del fútbol chileno. Y también que darán pelea en el ámbito internacional.
Y así el transandino tuvo su premio. Una suerte de revancha luego de un año en el que fue poco considerado, pero en el que cuando fue requerido, mayoritariamente respondió. Fue a los 89 minutos, cuando el empate era un hecho. La noche estaba escrita para el delantero formado en Defensores de Cambaceres. Porque aprovechó un error increíble en un tiro libre rival, se quedó con el rebote y desde casi 25 metros lanzó un globito notable que le dio el agónico triunfo a los hispanos. Jaime, como si tuviera el grito atragantado desde que dejó Independencia para irse a la MLS, lo festejó subido en la reja, con el puñado de hinchas que llegó a Uruguay.