Para el próximo miércoles, el atleta nacional Sebastián Keitel está citado a declarar ante la Fiscalía Metropolitana Oriente. La razón: una querella por el delito de estafa. Pero el deportista se defiende y asegura que es él el engañado. "Caí en el cuento del tío", explica a La Tercera.
El 16 de octubre la casa de cambios Afex presentó una querella en la que el atleta es el protagonista. Según la denuncia, Keitel se acercó para vender un cheque por 15.400 euros, señalando que correspondía a "comisiones por carreras realizadas en el extranjero". Tras verificar el documento, la empresa le entregó $ 11,3 millones.
El cheque que entregó venía girado a su nombre de una cuenta de un banco irlandés: el "Allied Irish Banks" (AIB Bank). Pero en septiembre, cuando la empresa quiso liquidar el cheque, se les informó que era robado.
Según dijo el deportista, él fue víctima de una intrincada estafa. "A fines de mayo me llegó un mail de un africano que se llama Lami Mboma diciendo que me conocían a través del Comité Olímpico. Que yo era una persona de confianza para generar negocios en Chile", relata.
Añadió que el extranjero le dijo que le iba a enviar una suma que Keitel tenía que devolver poco a poco, como una "prueba de confianza". Cuando el velocista recibió el cheque fue a Afex. "Dije que era un tema con unos africanos, porque ellos quieren negociar acá y me mandaron este cheque". Negó tajantemente haber argumentado que era un pago por carreras, pues hace seis años que no compite en el extranjero.
Felipe Barruel, el abogado de Afex, explicó que "la empresa confió en la versión del deportista en orden a que se trataba del pago por comisiones por carreras".
Felipe Bulnes, abogado y amigo de Keitel y que lo acompañó a la reunión con Afex, cuenta que en el encuentro la empresa "reconoció que había existido una negligencia grave de la ejecutiva y reconocieron que Sebastián había advertido sus dudas sobre el cheque".
De acuerdo a Keitel, esperó varios días antes de cobrar el dinero, "dando un tiempo razonable por si acaso pasaba algo malo con el cheque".
Según su versión, 50 días después le avisaron que el cheque era robado y que tenía que devolver el dinero, pero él -dice- ya le había depositado más de 10 mil euros a Mboma.
"Le mandé un e-mail diciéndole que era un ladrón, un estafador, y me respondió: 'Acá estoy junto a mi hermana riéndome de ti'", cuenta. Agrega que tiene todos los correos electrónicos y voucher de los depósitos que realizó al supuesto inversionista.
"Tengo la tranquilidad que no le he querido nunca robar un peso a nadie, que me estafaron a mí, que siempre he estado con la disposición de devolverles lo que tengo yo hoy día, porque tengo en mi poder $ 4 millones que le pertenecen a Afex y yo feliz de dárselos ya".