Cassettes. Música de radio. De preferencia en español. En el auto, en la cocina, en una discoteca para seniors. Es lo que escucha Gloria, la protagonista de la película que lleva su nombre. Y es la banda sonora de su vida y de la propia cinta, algo así como "el soundtrack de nuestras madres", en palabras del director Sebastián Lelio.
Aquella pregunta fue la que justamente originó la película que hace dos semanas se llevó el Oso de Plata a la Mejor Actriz en el Festival de Cine de Berlín. "Nos preguntamos qué escucharían nuestras madres, qué harían ellas, cuál sería su historia, porque nadie había desarrollado aún a esos personajes secundarios en el cine chileno", explica el director y co-guionista del filme junto a Gonzalo Maza.
"Gloria es el tipo de carácter que siempre aparece en el fondo de una toma, muy lejos de los principales, que es sólo un decorado de la trama principal. Lo que hicimos fue acercar la cámara a ese personaje y contar su historia", agrega Lelio, por estos días instalado en París, atendiendo llamadas, respondiendo mensajes, mandando correos. Todo en relación con Gloria.
Que un remake es posible ("Hay interés en el aire"). Que la desean de este o aquel festival. Que la compraron en otro país más. Que el Oscar a la Mejor Película 2014 está a la vuelta de la esquina. La película a estas alturas ya camina sola, como un individuo aparte. Sebastián Lelio la filmó en dos meses en el invierno del 2012 y al llegar a la Competencia Oficial del Festival de Berlín el filme cambió de personalidad: se transformó en la película sensación del encuentro. Tiene tres características definitivas: se vendió en el mercado, le gustó al público y entusiasmó a la crítica.
A pesar de su éxito mediático, Sebastián Lelio quiere ir despacio y no atragantarse con el ruido de fondo. La fecha de estreno en Chile sigue siendo el 9 de mayo y no hay planes de adelantar la exhibición aprovechando la energía berlinesa. "Esa semana de mayo coincide con el Día de la Madre. Creo que es la mejor fecha", cuenta Lelio
Entre tanta incertidumbre y escasas certezas, el realizador sí tiene claro que el 2013 será un año intenso, con un derrotero amplio por los festivales del mundo.
Pablo Larraín , el director de No, dijo que Gloria podía llegar al Oscar 2014.
Creo que Pablo (Larraín) es una persona muy generosa al decir eso. Le agradezco su entusiasmo, pero prefiero decir que cada día tiene su afán y hay que acompañar la película paso a paso.
¿Por qué cree que Gloria gustó en Berlín?
No tengo una explicación muy clara, pero supongo que es porque la película es un poco como Rocky, con un personaje que se niega a la derrota, con una capacidad de sobreponerse fuera de lo común. Gloria es una mujer que no cree que después de los 60 haya que retirarse a hacer crucigramas y olvidarse del sexo, de vivir.
¿De dónde viene la inspiración para el personaje?
Un día quisimos contar la historia de, por ejemplo, aquella mujer que se traslada por la ciudad en su pequeño auto, escuchando radio, sola, tal vez en Providencia, no lo sé, en el centro de Santiago. De ahí viene.
¿Hay una referencia a su madre?
A las madres de todos quienes creamos la película, de Gonzalo (Maza), de la mía, etcétera. No una en particular. Varias.
La actriz y las canciones
En términos generales, Gloria es la historia de una mujer (Paulina García) de poco más de 60 años que ya lejos de sus hijos, sin esposo y en pleno uso de sus facultades emotivas decide darse nuevas oportunidades en la vida. Busca a alguien, pero no sabe a quién. Va a bailes y a barras de bar, espera y acecha. No se da por vencida y tal vez encuentre la respuesta emocional en un militar retirado (Sergio Hernández).
La música es su alimento. Y aquella dieta incluye por supuesto la canción Gloria de Umberto Tozzi, Devórame otra vez de Lalo Rodríguez o Tonto de Myriam Hernández. También el bossa nova, ejemplificado en Aguas de marzo de Jobim. "La música es una especie de coro griego en la película", explica el realizador.
Si la elección de la música fue un capítulo que se construyó lentamente en Gloria, la presencia de Paulina García en el rol central estuvo decidido desde antes: desde que Lelio y Maza ni siquiera escribían la primera línea de la historia. "Escribir una historia para Paulina era lo que primero teníamos en mente. Siempre quise trabajar con ella: la había visto, como muchos, en la teleserie Los títeres, en los años 80, y luego en teatro, claro. Nunca entendí por qué nadie le había escrito un personaje en el cine. Y tengo que decir que al principio estaba un poco aterrado: ella es directora teatral y tiene ideas claras de cómo son las cosas", explica.
A estas alturas, ya con cierta perspectiva, Lelio cree que Gloria es la película que más le costó ("tiene tomas en muchas partes de la ciudad, el personaje central aparece en cada una de ellas"). Además, es aquel tipo de película donde cualquier exceso puede liquidar todas las precauciones tomadas: "Mientras rodábamos sentía que estaba pisando hielo quebradizo a cada rato. Sentía que iba a caer en el lugar común de un momento a otro. Por suerte, no era yo el único en el set, los actores también me ayudaban a evitarlo".
¿Tenía alguna intuición de que la cinta podía andar tan bien en festivales?
No. La verdad es que mientras rodábamos tampoco me daba cuenta de mucho. Sólo cuando ya estaba en la sala de montaje comprendí que era todo de primera línea, que Paulina García estaba excepcional. Que esto era otra cosa.