Sebastián Piñera Morel: "No creo que nadie sea un santo, pero mi papá se ha jugado por las causas correctas"
Dicen que su padre lo escucha, lo admira. Aquí, Sebastián Piñera Morel habla del futuro del candidato presidencial y de cómo ha sido crecer llamándose Sebastián Piñera.
Cuando habla, mueve las manos de una forma parecida a la de su padre. Tiene una muletilla parecida -esa de terminar algunas frases con un ¿ah?- y usa, aunque muchísimo menos, algunas de las expresiones recurrentes en su papá: negar la sal y el agua, estar en el barro de la política.
Sebastián Piñera Morel tiene 34 años, una hija y un niño a punto de nacer, el que aún no se decide a ponerle Sebastián. Vive en una linda casa para su edad, pero ninguna maravilla para ser el multimillonario que es. Se ve un tipo sencillo, poco amigo de la exposición pública que en esta vuelta le explotó antes de tiempo, cuando su nombre apareció en un mail de Bancard -el brazo financiero de Piñera-, donde se proponía invertir en una pesquera peruana. El asunto habría dado lo mismo si su papá no hubiese sido entonces Presidente, y Chile no estuviese disputando entonces el mar con Perú.
El eterno fantasma de Piñera: la relación entre la política y los negocios.
Cuando este caso, Exalmar, estaba arriba de la ola, Piñera Morel prefirió callar y solo dio su versión de los hechos al fiscal: que él trabajó un año en la empresa de su padre, pero después estuvo tres años estudiando en Stanford. Que a su vuelta a Chile formó su propia empresa, BP Capital, y que si su nombre estaba en ese correo fue por error. Hoy, ya más decantado el asunto y con su papá en tierra derecha para La Moneda, sale en el nombre del padre. "Aquí se ha generado el mito de que la única persona que tiene conflictos de interés es mi papá", dice. "La sociedad es muy cínica".
A menos de una semana de las primarias, la vocera de gobierno salió a decir que "Piñera no está nunca a la altura de un estadista". ¿Qué le parece?
Si alguien no ha estado a la altura de un estadista ha sido el gobierno de la Nueva Mayoría, la cual hizo promesas absolutamente incumplibles para el Chile de hoy. Realizó reformas como la tributaria, donde mató el crecimiento; la educacional, donde privilegió sin contrapesos al movimiento universitario por sobre los niños; la laboral, solo en favor de los sindicatos y no de los trabajadores, y la reforma electoral, que tiene repercusiones que vamos a empezar a ver el próximo año. En resumen, privilegió solo a los que hacían mas ruidos y marchas, y se despreocupó del resto de los ciudadanos. Chile hoy día crece a menos de un cuarto de lo que se creció en el gobierno de Piñera, las promesas de campaña de Piñera fueron bien estudiadas, como el crear un millón de empleos, mejorar la salud y la calidad de la educación, y se ejecutaron políticas pensando en todos, no solo en los grupos de presión que hacían más ruido. El gobierno de Piñera hizo un buen balance entre igualdad, libertad y progreso, mientras el gobierno de la Nueva Mayoría consideró solo una de estas y se olvidó por completo de las otras dos.
También lo acusó de "manipular a la opinión pública" y de "utilizar, con fines electorales, temas sensibles", aludiendo a la crisis del Sename o los mineros atrapados. "Eso habla de los límites éticos que él tiene", dijo.
La vocera trata de desviar la atención de temas macabros, como lo sucedido en el Sename, y cómo se privilegió proteger a los políticos de la Nueva Mayoría versus los niños. Eleva el tono y se pone a atacar para desviar la atención, no es más que eso. Mi papá nos enseñó a ser personas íntegras y correctas, algo que trato de ser todos los días, y lo veo en su ejemplo. La Nueva Mayoría es la que ha traspasado los límites éticos, lo que hizo en el Sename habla por sí solo, pero también ha polarizando y agitado a la población para empujar reformas de ultraizquierda (muy mal implementadas), y comenzó una campaña de tergiversar la verdad para dañar a sus contrincantes.
A su papá no se le pega solo por lo que hizo o no hizo en su gobierno pasado, sino que se cuestiona, desde la Nueva Mayoría, su calidad humana. ¿Cómo ve eso?
Mi papá era, sin duda, el político de centroderecha más respetado por la Concertación, y eso solo cambió cuando vieron la amenaza de que fuera elegido Presidente. No creo que nadie sea un santo, pero se ha jugado por las causas correctas, fue protagonista en la campaña del No y el rechazo a las violaciones de los derechos humanos. Fue un gran Presidente, antes de eso un gran profesor universitario, profesional y emprendedor, y lo considero un muy buen padre y persona. Me ha tocado verlo en todos esos aspectos, y lejos de criticarlo, deberían de aplaudirlo. De los valores que mis papás nos instauraron, rescato mucho el ser íntegros, leales, respetar la libertad, querer mucho a nuestra familia y amigos, y ayudar a los demás. Creo que todos esos aspectos hablan por sí solos de quién es él.
"Está más humano"
¿Cómo ve a Piñera candidato 2017 versus 2010?
Creo que está más humano. Hoy es más bueno para escuchar y ha aprendido a expresar mejor sus sentimientos. Más maduro también, con más templanza. Logró hacer un proceso de reconocer las cosas que se habían hecho bien y las que se hicieron mal durante su gobierno.
¿Y ese proceso de reconocer errores es algo nuevo en él?
El siempre ha sido muy pragmático, poco rencoroso, y se preocupa más de llegar a la solución, lo que es su gran virtud. Pero, por otro lado, hoy ha tenido más tiempo para tratar de entender el problema, en el sentido de conocer qué sentimientos les produce a las personas, o por qué algo impacta de una manera u otra. Siento que agarró mucha más sensibilidad.
¿Y eso ha sido fruto de la experiencia o lo ha trabajado conscientemente?
Ambas cosas. Creo que al ser abuelo le llegó un chorro de amor y volver a estar con niños lo ha ayudado mucho. Y en el mismo gobierno también se aprenden cosas, como que uno no puede ser tan llevado a sus ideas y que tiene que buscar siempre acuerdos.
El anunció su candidatura en marzo, pero se dijo mucho que la familia no quería que fuese candidato otra vez. ¿Es así?
Hay sentimientos encontrados. Por un lado, está este sentimiento de responsabilidad con el país, porque creo que mi papá es un muy buen presidente para Chile. Pero también tienes temas de exposición, de andar con la guata apretada cada cierto tiempo, y eso no es fácil. También pasa que este tiempo él empezó a disfrutar más la vida en calma, en familia, con amigos. Siempre había sido muy acelerado con el trabajo y el desafío de ser Presidente le generaba mucha pasión. Hoy siento que sigue con esta pasión, pero ha aprendido a darle más espacio y calma a su vida.
Tiene un costo familiar alto para ustedes.
Es que aumenta la exposición, hoy la política está mucho más polarizada, se vienen cuatro años de una campaña negra de la Nueva Mayoría, tratando de ensuciarlo y vinculándolo con cosas que no tienen nada que ver. De cualquier cosa sacan una tesis diciendo que Piñera se benefició y lo convierten en tema. También ocurre que tengo sobrinos que son más grandes, entonces hay un tema de seguridad, del temor a que les pueda pasar algo.
A pesar de que ganó la primaria y que está en la pole position para la presidencial, su papá no es una persona querida. Claramente, no genera lo mismo que Michelle Bachelet. ¿Qué le pasa a usted con eso?
El transmite pasión de otras formas. La gente que trabaja con él sabe lo leal que es, la capacidad de trabajo que tiene para hacer las cosas bien, y sus virtudes son claramente esas. Ahora, creo que ha ido mejorando en sus habilidades blandas, pero jamás será comparable en ese punto en particular con Michelle Bachelet, cuya fortaleza es entender el sentimiento. La fortaleza de mi padre está en encontrar las soluciones.
¿Cómo era como papá?
Siempre ha sido choro, entretenido. Si bien trabajaba mucho, te conquistaba rápido, porque hacía panorama entretenidos; rafting, subíamos cerros, buenos paseos.
¿Pero conversaba con ustedes?
Sí, conversábamos. Ahora, yo creo que esto mismo que ha desarrollado como posible Presidente lo he sentido en él como papá. Se ha acercado mucho en esto de entender más los sentimientos que producen las cosas en las personas.
Ha aprendido a empatizar.
Sí.
Igual no debe haber sido fácil crecer llamándose Sebastián Piñera, ¿o sí?
No fue tan difícil, tiene sus cosas. El es un papá que fue profesor universitario, que había estudiado afuera, que le fue muy bien como emprendedor y luego como empresario, y que en lo político llegó a ser Presidente de la República. Yo tengo una autoexigencia, pero que es propia. Siento que soy autoexigente más allá de la cuenta y lo veo también en mis hermanos. Pero él ha sido siempre muy respetuoso de nuestra libertad, confía en lo que uno hace y deja que cada uno siga su camino.
Ser su hijo tiene el lado difícil de la exposición, pero tiene un lado bueno, que es que tiene su futuro y el de sus hijos asegurado.
Eso da mucha seguridad. Si a mi señora o a mis hijos les diera una enfermedad grave, sé que voy a poder tener una salud súper prime. Tú sientes que tienes un colchón enorme, pero yo trato de ser muy independiente en mis temas, es decir, sé que tengo un patrimonio heredado, pero trato de vivir con lo que ha sido fruto de mi esfuerzo. Es una cosa personal, que me importa mucho. Pese a tener muchas otras ventajas, que claramente las siento, he tratado de aprovecharlas en un buen sentido. Hay gente que puede estar en esta situación y no trabajar, por ejemplo, pero siento que mis hermanos y yo hemos tratado de hacer cosas propias y buenas con nuestras profesiones.
Y ahora la plata suya y de sus hermanos, que están en acciones de empresas chilenas, se va a un fideicomiso ciego. Además, el mandato incluye no invertir en empresas extranjeras que puedan tener conflictos de interés.
Lo que son acciones en Chile estarán en fideicomiso. Previo al 2009 no había nada y hoy está la mayor parte invertida en fondos internacionales. Ese es el grueso, y se ve muy lejos un conflicto de interés. El mandato de ahora es el mismo del 2009, pero hay cosas que de repente, retroactivamente, se ha considerado que podrían haber sido más (estrictas). Muchas veces se critican cosas, pero no se mira todo lo que se ha hecho. Mi papá hizo un fideicomiso cuando no había ninguna ley. Vendimos Lan, CHV, Colo-Colo, la Clínica Las Condes, y eso no lo ha hecho casi ningún político en el mundo. Hay un estándar que va exigiendo más, pero nosotros siempre hemos tratado de ir más allá. Y no creo que haya ningún político en Chile que ni siquiera se le acerque. Se ha hecho un esfuerzo muy grande para evitar cualquier conflicto de interés.
"Nunca hablamos de negocios"
Usted estaba copiado en los mails de Bancard donde se planteaba invertir en Exalmar, ad portas del fallo de La Haya. ¿Nunca lo conversó con su papá?
Yo estuve copiado en un solo mail, que lo mandó el analista al gerente general con copia a dos analistas senior, uno de los cuales era yo. De hecho, en ese mail él comentaba que no deberíamos participar. ¿Se pudo haber evitado? Sí. A mí me tocaba ver fondos internacionales, pero las personas que trabajan en Bancard son las mejores que conozco, súper correctas y siempre se trató de trabajar con una óptica que redujera el conflicto de interés. Retroactivamente, ahora, cuando uno dice "¿pudo haber sido de otra forma?", claro, pero así se puede llegar hasta el infinito.
¿Pero cuando vio este mail, que se trataba de una pesquera peruana, pensó alguna vez en La Haya?
Nooo, nunca. Ni siquiera comenté ni dije nada. A mí me llegó el mail, y de hecho lo sé ahora por la investigación que se hizo, que esta empresa se abrió a Bolsa y por eso tenía que informar todo. Y no sabía nada (de La Haya), hasta que vino el fallo y la empresa dijo que no les afectaba en lo más mínimo, porque pescan, lo más cerca, de 200 kilómetros al norte de la frontera con Chile.
¿Cuántas veces declaró? ¿Cómo fue?
Solo una vez, como testigo. El problema es que hubo un par de diputados de la Nueva Mayoría que salieron a golpear…
Ud. mandó una carta a la Cámara diciendo que no se iba a prestar para el show de la comisión investigadora, y por eso no fue.
Es que es un show. Iba a tener a unos gritándome, otros defendiendo, entonces me parece que es un puro show comunicacional. Si en algún momento hay una falta, voy a estar ahí para dar la cara, pero en este tema ya cumplí con mi deber y no me voy a meter en un barro político. El diputado Fuad Chahín (DC), particularmente, se ha portado muy mal; cruzó barreras que no se habían cruzado en la política. Entre él y Gutiérrez trataron de perjudicar a mi mamá y a mi hermana, y meterlas en un tema que es totalmente legítimo, en el que el fiscal ya ha dicho que no hay ningún indicio de que se llegue a algo y creo que está próximo a sobreseerse. Ahí, ellos van a quedar expuestos como muy malas personas y muy malos diputados.
¿Cuando su papá era Presidente, no hablaba nunca de negocios con él?
No. A mí tocó trabajar un año en Bancard en ese periodo y después me fui a estudiar afuera. Pero antes de eso habíamos conversado, y habíamos dicho que como no tendríamos mucho tiempo para hablar, y que pese a que lo que yo veía en Bancard eran inversiones en Europa y Asia, aprovecháramos esos momentos en cosas familiares. Después estuve tres años fuera.
¿Se puede separar la política de los negocios?
En todas las cosas hay conflictos de intereses. Aquí se ha generado el mito de que la única persona que tiene conflictos de interés es mi papá. El tiene todo diversificado, y las cosas que aparecen representan menos del 1%. Ahí es donde creo que la sociedad es muy cínica. El mismo PS, por ejemplo, que tenía una cartera de acciones en Chile donde invertía. Hay muchos que tienen gran parte de su patrimonio en inmobiliarias o pesqueras, y a nosotros nos pusieron el cartel del conflicto de interés, cuando estos son inherentes a un montón de temas.
Hay muchos problemas que nunca se pueden llevar a cero, entonces hay que ver cómo mitigarlos lo más posible.
¿Este lío de Exalmar les hizo dudar de volver a La Moneda?
No, creo que tiene que ver con un tema más global de exposición. Algunos sectores ya venían muy polarizados. Y en este caso particular, vimos un modus operandi de la Nueva Mayoría que mostró hasta dónde están dispuestos a llegar para permanecer en el poder.
¿Se va a querellar?
Tienen que terminar los procesos primero, pero creo que las cosas se hicieron con el espíritu de dañar la honra no solo de mi papá, sino también de otras personas de mi familia y eso es muy grave.
Ud. tiene un negocio que mueve plata, cualquier cosa que haga va a ser un problema ahora, como que tuvo ventajas.
Nosotros en BP Capital hemos tratado de irnos lo más posible fuera de Chile. Hacemos cosas que, en general, son financiamientos, pero cuando hay algo que tiene alguna vinculación con el Estado, he tratado de abstraerme 100%. Lo mismo me pasa con mucha gente que me pide que le plantee algún tema a alguien importante. Jamás lo hago. Con la exposición nunca vas a estar exento de críticas, por eso uno tiene que tener la confianza de que hizo las cosas bien, en forma transparente y proba. Yo me siento tranquilo con que he sido, un profesional muy correcto en todos los trabajos en que he estado.
Su papá también traspasó plata a sus nietos -Inversiones La Ilíada- y hubo muchos comentarios sobre eso. La gente se reía de que la foto familiar era la junta de accionistas y hasta criticaban que era inmoral que las guaguas aparecieran como socias millonarias. ¿Qué le produce eso?
Me da rabia. Porque es todo lo contrario: por ejemplo, yo tengo todo puesto a nombre de mi señora, y me encantaría que si me pasa algo, haya cosas a nombre de ella. Si yo compro una casa, encantado de ponerla a nombre de mis hijos. Creo que es más un gesto solidario…
¿Más que tributario?
Claro. Está totalmente regulado por el SII. Y es una apuesta en que si a esa empresa le llega a ir bien, en general se demora 30 años en que se genere un traspaso de riqueza. Y si le va mal, la va generar un hoyo grande.
Ustedes deben ser de las pocas familias para las cuales hoy ser rico es un problema.
Aquí se critica mucho, pero haber tenido la trayectoria de mi papá es algo muy bueno.
Pero también se dice que siempre anduvo al filo de la ley. El último en ese sentido fue Cristián Warnken en su columna, quien cuestionó su comportamiento ético. Su hermana salió en defensa y preguntaba "¿acaso es malo tener dinero?".
La sociedad es muy cínica. La riqueza puede ser mala cuando es un fin, pero es buena cuando es una herramienta. Yo la veo en el lado de mi papá, que le ha permitido desarrollar cuatro fundaciones y crear empresas que generan muchos puestos de trabajo. Haber tenido esa trayectoria y haber sido totalmente self made es un valor. Yo recuerdo que cuando chico teníamos una situación acomodada, pero lejos de la riqueza. Cuando le empezó a ir bien fue con el negocio de las tarjetas de crédito.
¿Y en que se notó?
Yo tenía como 15 años y lo vi en que nos cambiamos de casa, que era una mejora significativa. Una casa con piscina grande y con espacio para poder jugar fútbol con los amigos.
"Estoy medio huérfano políticamente"
Después de la primaria es natural que Piñera quiera moverse más al centro político, ¿cómo cree que debe hacerlo?
Tiene que intentar convocar a todos. Creo que él siempre se ha sentido más representado por el centro que por la centroderecha, trabajó fuerte en la campaña del No. La Concertación, lo que hizo, fue tomar las cosas buenas de la centroderecha y de la centroizquierda, y así, Chile creció como nunca. Después vino la Nueva Mayoría, que creo que le hizo un daño gigantesco a Chile.
En la campaña anterior usted se mostró más liberal que su padre. ¿Qué cosas le gustaría que él plantee para esta etapa?
Creo que el programa esta bien armado y le falta transmitir el sueño de mejorar Chile, de justicia social, que hay detrás de la necesidad de crecimiento.
Por otro lado, hay un rechazo al modelo. Lo plantea con fuerza el Frente Amplio, pese a que no le fue muy bien en la primaria. ¿Qué le parece esa coalición?
Tiene algo irreverente y estiloso, que es llamativo. Pero creo que alguien que critica al Presidente Aylwin el mismo día en que se murió, y se inspira en Salvador Alllende, está tanto o más equivocado que el resto de los políticos. Además, viven en un mundo irreal: quieren mejorar la educación, las pensiones, etc., y ninguna de esas propuestas se puede financiar. Los gobiernos tienen que escoger porque tienen recursos limitados y porque las cosas no se pueden resolver de un día para otro. Tienen una utopía; un juego más emocional.
¿Cuál va a ser su rol en la campaña?
Ninguno en especial. Alguna vez lo acompañaré, pero como hijo, no más. Estoy metido en mis cosas y nos ha ido bien. Hay que trabajar.
¿Le interesa la política en el futuro?
Me gusta el servicio público, pero me gustaría ejercerlo donde la gente es más colaborativa, como una fundación. La política es una cancha muy dura y te topas con coaliciones que niegan la sal y el agua. También me pasa que estoy medio huérfano. Si hubiera un movimiento de centro que se armara, me podría motivar más.
¿Y Evópoli?
No lo suficiente. También me parece atractivo Ciudadanos, o algunos sectores del PPD y la DC que me llaman la atención. Creo que hay temas más liberales que yo comparto. Por ejemplo, creo que el matrimonio gay o la adopción homoparental son cosas que tienen que pasar.
Con la crisis del Sename en frente, su padre volvió a decir en una entrevista que no está por la adopción homoparental. ¿Va a intentar convencerlo?
No lo he visto dar un sí o un no, solo interpretaciones de sus palabras a favor y en contra del tema. Esta vez yo no trabajo en la campaña, estoy en un emprendimiento personal, por lo que doy mi opinión. Creo que los cuatro hermanos estamos a favor de la adopción homoparental, le va a tocar a él ver si se avanza en esto y para eso tiene que escuchar a todos. A mí me gustaría que se avanzara.
¿Y está a favor de la despenalización del aborto en las tres causales?
Ahí hay distintos temas. La causal que más me complica es cuando una persona fue violada, porque siento que es una invasión total a su libertad. En la causal de muerte de la madre, es algo que ya se practica y se intenta salvar ambas vidas. En todo caso, es algo que se tiene que discutir considerando que hay posiciones muy distintas, entonces debe decantar el debate. Hay que respetar lo que piensan los liberales, pero también otros sectores de la sociedad, que no son nada de pequeños, como los evangélicos e incluso los católicos. No se puede poner el pie de uno sobre los otros.
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