Hace dos semanas, el presidente de la DC, Ignacio Walker, emplazó al ex ministro Andrés Velasco a definir su domicilio político. Una semana después, el consejo nacional de ese partido analizó la posibilidad de adelantar la definición de un candidato propio y el vicepresidente Fuad Chahín cerró la posibilidad a que el ex titular de Hacienda sea una carta presidencial de la Nueva Mayoría.
Desde su doble militancia, el director de Fuerza Pública -plataforma política de Velasco- y militante DC, Sebastián Sichel, se refiere a la encrucijada estratégica en la que está el centro político en el oficialismo.
En el último consejo de la DC se propuso perfilar candidatos presidenciales. ¿La falange debería analizar la figura de Velasco?
Debería evaluarse, al menos, mecanismos que permitan que candidatos DC compitan con Andrés Velasco, en primarias o en primera vuelta, porque apuntan al mismo electorado.
A propósito, ¿cómo se explica su doble militancia en la DC y en Fuerza Pública?
Nosotros somos un centro de acción política, enfocado en las políticas públicas, lo que es totalmente compatible con la militancia en un partido.
Pero ustedes tienen una carta presidencial, por tanto, hay vocación de poder...
Sí, es cierto, pero mientras no se resuelva esta alianza en rodaje, queremos influir en las reformas. La participación de Andrés fue fundamental para el resultado de la reforma tributaria. Queremos hacer lo mismo en la educacional.
Ignacio Walker los emplazó a definir su domicilio político. Dado que la interpelación viene desde el centro, ¿les sorprendió?
Más que sorprendernos, creemos que es un emplazamiento positivo, pero tiene una cosa bien particular. Walker, Velasco y yo mismo, hemos compartido cerca de 15 años en el mismo domicilio. Andrés fue ministro, trabajó en tres gobiernos de la Concertación, yo fui candidato recién en un distrito donde nadie quería ir. Por lo tanto, cuestionarse el domicilio es algo que no tiene sentido. Me gustaría entender qué va a hacer la Nueva Mayoría: quiere construirse de verdad en una alianza entre el centro y la izquierda o una pequeña minoría de izquierda.
¿Cuál es el escenario que más les acomodaría?
El escenario que más nos acomoda es, primero, tener una definición programática de verdad y definir qué se entiende por una alianza de centroizquierda en Chile. Y lo digo abiertamente: hay diferencias profundas con ciertos actores de la Nueva Mayoría que hacen que esta convivencia sea bastante difícil y compleja.
¿La relación de Fuerza Pública con la Nueva Mayoría se terminó después de las primarias?
Para efectos formales, exactamente pasó eso y lo quiero poner en un ejemplo práctico. Aquí se han discutido dos reformas profundas. Dentro de Fuerza Pública hay un sinnúmero de funcionarios relevantes de la ex Concertación, que fueron muy influyentes en la construcción de políticas públicas en el pasado. Ellos no han sido convocados a ninguna discusión técnica.
¿Cómo el gobierno podría sumar a Mariana Aylwin, por ejemplo, si casi no tiene coincidencias con la reforma educacional?
Lo importante es cómo este gobierno no aprovechó la experiencia de alguien que fue ministra de Educación y ha visto en concreto los efectos de este tipo de políticas. Una de las declaraciones más poco felices del ministro Eyzaguirre fue cuando dijo "no sé nada de educación".
En esencia, todos los partidos de la Nueva Mayoría están cuadrados con las reformas del gobierno en trámite. Menos ustedes.
Me encanta eso de "estar cuadrado", pero esto no se trata de ser hincha del Colo Colo o la "U", aquí hay matices. Lo que nos ha demostrado la CEP es todo lo contrario. El gran electorado de la Nueva Mayoría es la clase media y la clase media nos está abandonando. La gente que votó por Andrés Velasco no está contenta con la calidad de las reformas que les estamos proponiendo.
¿Qué posibilidad existe de que Fuerza Pública termine aliada con la centroderecha?
Creo que va a haber una convergencia natural entre los sectores liberales, socialdemócratas y socialcristiano y que hoy están representados en lo que uno entiende es la centroizquierda, junto a algunas facciones de centro que se han desmembrado de la derecha. Si la pregunta es si nosotros estamos con la derecha, no estamos con la derecha ni cerca. Sí queremos una alianza de centro reformista.
Se acusaron irregularidades en una licitación del Injuv y se apuntó a la presencia de Fuerza Pública. ¿Cuál es su explicación?
Fue una licitación pública, con un comité evaluador independiente. Dos empresas consorciadas para hacer una campaña de estrategia publicitaria de un concurso de emprendimiento juvenil, del cual yo soy uno más de un staff de 15 personas. El proceso no ha sido reclamado y el director del Injuv no es de Fuerza Pública. Esto es una cacería de brujas, parece ser que todo lo que huela a Fuerza Pública no puede estar en el Estado.