Al director chileno Sebastián Silva le gusta cambiar de piel, variar la velocidad, transitar por diferentes terrenos. De lo contrario se aburre y por ello prefiere renovarse todas las veces que sea posible. De La nana a Gatos viejos hay bastante diferencia y de Gatos viejos a Magic magic definitivamente hay un paso a otra dimensión. Es su primera película escrita sin la colaboración de Pedro Peirano y es la que más tiene que ver con el género. En este caso, con el thriller de horror.
El filme, que se mostró en Sundance, fue el más visto de los tres trabajos de directores chilenos que llegaron a la Quincena de Realizadores. La sala del Theatre Croisette se repletó, superando los niveles alcanzados por La danza de la realidad, de Alejandro Jodorowsky. Magic magic logró una muy buena respuesta de público y tras la exhibición, Sebastián Silva y los protagonistas Michael Cera y Juno Temple respondieron preguntas de un público particularmente interesado en esta historia de demencia progresiva.
El filme ambientado en la zona del lago Ranco narra el deterioro psíquico de la turista estadounidense Alicia (Juno Temple), una muchacha que llega a Chile con la intención de relajarse y cuya conexión con el país es su amiga Sarah (Emily Browning). Sarah es todo normalidad y el cable a tierra de Alicia, que desde su primera aparición deja ver una fragilidad fatal. Junto a algunos amigos más, Alicia y Sarah se refugian en una casa de campo rodeada de lagos y bosques, de vientos y lluvias intempestivos. Un personaje en particular, el también estadounidense Brink (Michael Cera), gatilla la latente esquizofrenia de Alicia. Brink lleva más tiempo en Chile, habla algo de castellano y es un inadaptado que hace bromas pesadas que nadie entiende. Un freak.
"Quería hacer una película de horror y para mí, el horror más grande es la pérdida de las facultades mentales. Dos de las influencias más claras que tuve son El bebé de Rosemary y El inquilino, ambas de Roman Polanski. Afortunadamente para el elenco y para mí, cada vez que decía corte se acababa la tensión. Nos podíamos desconectar fácilmente", afirmó Silva.
El realizador está preparando actualmente su nueva cinta, The nasty baby. "Empezaremos a rodar en junio y yo la protagonizaré junto a otros actores estadounidenses. Transcurre en Nueva York. Sucede que no me gusta repetirme ni hacer siempre lo mismo y esa es una de las razones por las que he decidido estar en la cinta", dice Silva sobre este trabajo. La película se aleja del ejercicio de género de Magic magic y es un filme más bien de personajes, más "pequeña" en presupuesto que el trabajo que trajo a Cannes. Su historia tiene que ver con la convivencia de una pareja homosexual en Brooklyn, interesada en tener un hijo a través de inseminación artificial de una amiga en común.