"Estoy muy triste" por el resultado del referendo de Irlanda que avaló el matrimonio homosexual, afirmó hoy el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, quien definió a el resultado de esa compulsa como "una derrota de la humanidad".
"La Iglesia debe tener en cuenta esta realidad en el sentido de fortalecer su compromiso con la evangelización", afirmó Parolin.
"No creo que sólo podemos hablar de una derrota de los principios cristianos, más bien es una derrota para la humanidad", amplió el purpurado al referirse a la consulta.
El domingo pasado Irlanda, un país de fuerte tradición católica, se transformó en la primera nación en aprobar el matrimonio entre homosexuales a través de un referendo.
En la votación, la opción del sí obtuvo 62,1% de los votos, con picos de 70% en ciudades como Dublín, mientras que el no logró 37,9%.
El histórico resultado divulgado desató una fiesta en la capital irlandesa, con miles de personas vestidas con los colores del arco iris, que colmaron la explanada del castillo de Dublín.
Los irlandeses decidieron introducir una enmienda que cambia su Constitución, haciendo posible las bodas entre personas de un mismo sexo. El Ejecutivo tendrá que desarrollar ahora la legislación para hacerla efectiva, y se espera que la reforma se pueda promulgar dentro de unas seis semanas.
"La familia -dijo Parolin en respuesta a una pregunta sobre cómo marcha el trabajo del Sínodo de los Obispos sobre la familia- se mantiene en el centro y debemos hacer todo lo posible para defender, proteger y promover la familia".
"Es que la familia es el futuro de la humanidad y de la Iglesia, incluso ante ciertos acontecimientos que han sucedido en estos días, el eje sigue siendo la familia", subrayó.
"Golpear a la familia -continuó- sería como la eliminación de la base de la construcción del futuro".
Por otro lado, sobre la historia del embajador de Francia Laurent Stefanini, nombrado por el gobierno de Francois Hollande, pero que no obtuvo la aprobación del Vaticano tras hacer público que es homosexual, Parolin aclaró que entre la Santa Sede y París "el diálogo sigue abierto".