La actividad en el sector manufacturero de China subió en febrero a un máximo de siete meses, pero los pedidos de exportación disminuyeron y persisten las presiones deflacionarias, mostró este lunes una encuesta privada, subrayando la fragilidad económica que puede necesitar más apoyo político.
El Banco Central de China recortó las tasas de interés el sábado, pocos días antes de la reunión anual del Parlamento del país, en el último esfuerzo por sacar a la segunda mayor economía del mundo de la fase de desaceleración.
El índice final de gerentes de compras de HSBC/Markit (PMI) subió a 50,7 en febrero -el nivel más alto desde julio- desde 49,7 en enero, debido a un alza generalizada de nuevas órdenes.
El número resultó más fuerte que una lectura preliminar de 50,1 que estaba apenas por encima del nivel de 50 puntos que separa la expansión de la actividad de una contracción y es medido sobre una base mensual.
Pero aun cuando la actividad manufacturera se recuperó ligeramente el mes pasado, la encuesta mostró que las fábricas lucharon para hacer frente a exportaciones erráticas y a presiones deflacionarias.
El subíndice de nuevos pedidos de exportación cayó a 48,5 en febrero, la mayor contracción en un año, mientras que los precios de entrada y de salida cayeron por séptimo mes.
El empleo manufacturero se contrajo por décimo sexto mes, aunque el ritmo de trabajo se moderó en febrero.