Seguidores del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, afirmaron hoy que el gobernante de facto, Roberto Micheletti, no quiere resolver la crisis política interna, y que por eso aplazó una visita a Tegucigalpa de una misión de la OEA que estaba prevista para el próximo martes.

El dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los líderes del movimiento de resistencia popular que exige la restitución de Zelaya en el poder, explicó que Micheletti "no quiere, además, que la comisión de la Organización de Estados Americanos observe la movilización popular que tenemos para el martes".

La movilización popular se concentrará en Tegucigalpa y San Pedro Sula, las dos ciudades más importantes del país, "con miles de hondureños que siguen marchando desde diferentes regiones", subrayó Alegría.

El Gobierno que preside Micheletti aplazó hoy la visita de la misión de cancilleres de la OEA que prevé conocer la crisis política del país, en rechazo a la presencia en la misma del titular de la organización, José Miguel Insulza.

En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores indicó que la "intransigencia" de Insulza en ser parte de la misión y de excluir de ésta a países abiertos a que se reconsidere la suspensión de Honduras de la OEA "ha hecho imposible que se convenga la cita en la fecha prevista".

La representación de la OEA, formada por seis cancilleres y funcionarios del organismo, tenía previsto llegar a Tegucigalpa el martes, pero el Gobierno de Roberto Micheletti dijo que la recibirá en otra fecha si no viene Insulza.

Alegría expresó que la decisión de Micheletti "es propia de regímenes de facto y fascistas, y provocará una reacción más fuerte de la comunidad internacional".

"La historia ya está juzgando a este Gobierno y el pueblo no lo van a contener porque ya decidió no aceptar golpes de facto, ni más golpes militares", comentó.

En tanto, Israel Salinas, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras y miembro de la resistencia que exige el regreso de Zelaya al poder, indicó que "en cada acto, Micheletti confirma que es un golpista".

Al rechazar la presencia de una delegación de la OEA, Micheletti "demuestra que la palabra democracia solo la utiliza como escudo para sus actos, que son propios del fascismo, de una dictadura", agregó.