Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la U. de Washington  (IHME, por sus siglas en inglés) dio a conocer un nuevo estudio mundial en el que analiza el acceso a la salud y la calidad de ésta en 195 países.

Para eso, se basaron en la tasa de mortalidad de 32 enfermedades prevenibles y para cada una de ellas aplicaron el índice de calidad y acceso a la salud (HAQ), una escala que va de 0 a 100.  Según estos datos, en los últimos 25 años Chile mejoró su índice en 28 puntos y además está entre el 25% de los países con mejores resultados, primero en Latinoamérica.

El estudio, publicado en la revista médica internacional The Lancet, señala que hoy Chile registra una puntuación total de 76, mientras que en 1995 llegaba a los 58; en el caso de enfermedades como el sarampión y la difteria alcanza el máximo puntaje (100), pero baja a 19 cuando se trata del cáncer testicular.

Entre las 32 enfermedades que evalúa el índice está la tuberculosis, difteria, tétanos, sarampión, cáncer de colon y recto, cáncer  testicular, melanoma, cáncer de mama, uterino, trastornos maternos e infantiles, diabetes, anomalías congénitas, apendicitis, entre otras.

Entre todos los países evaluados, Chile se ubica en el lugar 49 de 195. En todo el continente americano solo es superado por Canadá (87,6), Estados Unidos (81,3), Bermuda (79) y Puerto Rico (76,6).

Según  Dean Owen del IHME de la U. de Washington, Chile está muy bien. "La nación vio un aumento significativo en su calificación en salud y el índice de calidad de 1990 a 2015, pasando de 58,8 a 76. Este aumento corresponde al aumento del desarrollo sociodemográfico", dice. Además, añade que "Chile redujo la brecha entre sus niveles observados de acceso y calidad de la atención de la salud y los niveles alcanzados por otros países con niveles similares de factores socioeconómicos. Sin embargo, el país se clasificó muy bajo (19) en el tratamiento del cáncer testicular. En todos los demás casos, las calificaciones de Chile fueron superiores a los 50 puntos, incluyendo dos enfermedades en las que obtuvieron 100 puntos", dice.

"Tener una economía fuerte no garantiza una buena atención médica. Tener una gran tecnología médica tampoco. Lo sabemos porque las personas no están recibiendo la atención que se debe esperar para enfermedades con tratamientos establecidos", indica Christopher Murray, autor principal del estudio. Ejemplo de esto, es Estados Unidos (81): si se compara con economías fuertes como Japón (89), Australia (89,8), el acceso y la calidad de la atención de salud es mucho más bajos que sus pares.