Bajita, de pelo muy largo, muy liso y muy teñido, Seiko Taki (43) no es de esas diseñadoras que cree que hay que andar con pose de diva por las pasarelas para tener éxito en el mundo de la moda. Muy por el contrario, es de las que confían más en la transpiración que en la inspiración; en el trabajo en equipo y el esfuerzo, antes que en el talento a secas. De hecho, suele recibir cariñosos aplausos de sus modelos después de los desfiles. Y, por eso, se dio permiso para llorar a mares frente al público, con la espontaneidad de una niña pequeña, cuando recibió la primera distinción importante en su carrera: el premio a la mejor colección en 080 Barcelona, en marzo de este año.

Seiko compitió en el recinto ferial de Montjuïc de Barcelona con una veintena de diseñadores europeos independientes, que presentaron tres días de desfiles cargados de innovación. Aunque este encuentro de moda se viene realizando desde hace ya tres años, este 2009 entregó por primera vez un premio: nada menos que 20 mil euros (unos 15 millones de pesos).

Además, la ocasión se prestaba para que los creadores de moda estuvieran ansiosos: el evento Bread & Butter, una de las mejores vitrinas disponibles en España para los nuevos talentos del mundo fashion europeo, abandonó este año a Barcelona para volver a Berlín, su ciudad de origen. Esto dejó el espacio necesario para convertir a la pasarela 080 Barcelona en una plataforma muy sabrosa, capaz de catapultar la carrera de los diseñadores en alza. Y los 11 jurados convocados –entre ellos, Fréderic Martin-Bernard, periodista de Le Figaro y Maire Claire– lo tenían más que claro. Para ellos, la elección de Seiko como ganadora era esperable. Porque, aunque no goza aún de gran fama internacional, ella no es precisamente una aparecida en las lides de la moda.

Esta mujer, nacida en la montañesa localidad de Haokkaido, al norte de Japón, ha forjado su carrera con paciencia oriental. Durante mucho tiempo fue profesora de ikebana en su país, hasta que, a los 33 años, se aburrió de hacer estos delicados arreglos florales y entró a estudiar en la escuela de Esmod de Tokio. No podría haber escogido un mejor lugar: se trata de una institución académica especializada en moda que nació en Francia hace 160 años y hoy tiene 21 sedes distribuidas en diferentes capitales de Europa, Asia y Medio Oriente.

Título en mano, Seiko emigró a París, donde reside actualmente. Ahí obtuvo un diploma en corte y confección –en la tradicional École Supérieure des Modélistes du Vetement Femme– y se empleó como diseñadora jefe en el taller de Anne Valérie Hash, diseñadora emergente. Ahí trabajó hasta que el 2007 se decidió a crear una marca con su nombre y abrió un local en la Rue de la Bucherie, en su amado París. Rápidamente, esta diseñadora captó la atención de un público sediento de nuevas opciones en moda y con un creciente interés por la estética de reminiscencias orientales.

Taki llegó a Barcelona 080 con la experiencia de haberse presentado ya un par de veces en las pasarelas de Bread & Butter.

Además, el año 2001 fue directora artística de la Fashion Week de Tokio, cosa que suele nombrarse como su principal carta de presentación. Pero hay más. A fines del 2008, el evento Atmosphéres de Paris –tribuna que convoca a talentos emergentes del viejo continente– la calificó como "La diseñadora del 2009". Además, su nombre figura entre los creadores destacados por Hywel Davies, redactor de moda en Vogue UK y The Guardian, en su libro 100 Nuevos Diseñadores (2008). Y el célebre Patrick Demarchelier, fotógrafo de Vogue, Glamour y Harper´s Bazaar, capturó con su lente una de sus creaciones para una exposición realizada en el famoso Petit Palais, sede de las semanas de la moda parisinas. Un honor que pocos diseñadores novel pueden consignar.

ROCK NATURAL
¿Cuál es el estilo de esta diseñadora? En su presentación oficial, Seiko describe el concepto de su marca con dos palabras: natural y rock.  En ese orden. "Lo primero se refiere a la esencia de la gente. Mi ropa siempre representa mi ideal de mujer, que es romántica, algo infantil y natural", explica. "El lado rockero tiene que ver con la originalidad, que responde a un hecho ineludible: las personas no somos perfectas y la vida no es siempre como la planeamos. La forma en que vemos las cosas raramente es derecha, generalmente, hay una asimetría, una óptica particular desde la cual miramos. Por eso, me caracterizo por construir looks en los que hay una superposición de diferentes elementos. Tengo un chic romántico y femenino, pero también aspectos masculinos".

Según los expertos en moda, la gracia de la apuesta de Seiko es que logra fusionar la existencia de referencias paralelas o incluso opuestas con una sutileza pocas veces vista. La herencia japonesa y el estilo europeo se lucen en diseños que parecen cruzar trabajos antiguos del exitoso diseñador Yohji Yamamoto con las propuestas más clásicas de Helmut Lang, epítome del minimalismo de los noventa. La mezcla es a la vez clásica y futurista, agresiva y naif, real y onírica. Sobre todo, seductora.

La estética nipona se sugiere sutilmente con cortes en los hombros, toques de asimetría y detalles como las amarras de algunas chaquetas, claramente inspiradas en los trajes de los samuráis. Al mismo tiempo, la vanguardia europea actual se recoge, por ejemplo, en pantalones pitillo, transparentes y levemente sueltos, que se doblan como si fueran medias vencidas. O en bufandas de lana que se enrollan sobre sí mismas hasta crear un inusual efecto drapeado. Todo esto en colores como el oro, el plata y el negro que tiñen su propuesta con un aire de lujo. Y en siluetas que dan cuenta de su especial manera de entender la superposición: las capas de ropa crean un look armado, "construido", en el que cada prenda tiene también un valor por separado.

Del mismo modo, Seiko combina lo masculino con lo femenino, dando lugar a propuestas andrógenas que tienen un halo de romanticismo. De ello no hay mejor ejemplo que la colección presentada en Barcelona que aquí mostramos. Se llamó Dry Chic Woman (Mujer seca y chic) y se inspira, según explicó la propia Seiko, en la imagen que un día llegó a su cabeza de una mujer de espaldas, parada sobre un plato enorme. "Esta mujer expresaría el poder interior y la elegancia femenina al usar suaves y delicados encajes sobre prendas urbanas, simples, que se emparentan con la silueta de un traje masculino", concluye. "Los colores fueron escogidos de la naturaleza y los materiales coordinados con diferentes tejidos para expresar una dimensión dinámica. En suma, la colección es una amalgama de alta costura y prêt-à-porter".