Cinco mujeres y un hombre que trabajaban en una campaña de vacunación infantil contra la poliomelitis en Pakistán fueron asesinados entre ayer lunes y hoy, informó la policía.

Islamistas como los talibanes se oponen a las campañas de vacunación y alegan que Estados Unidos envía espías que se hacen pasar por voluntarios humanitarios.

Hoy murieron cuatro mujeres. Dos hombres resultaron heridos en la ciudad portuaria de Karachi. Anoche otro atacante mató a un hombre que trabajaba como voluntario en una campaña de vacunación de tres días. Otra miembro del equipo contra la poliomelitis murió en Peshawar, en el norte del país.

El primer ministro Raja Pervez Ashraf condenó los ataques y dijo que hará todo lo necesario para garantizar la seguridad de esos equipos. De momento las vacunaciones se interrumpieron en la provincia de Sindh, en el sureste del país, donde se encuentra Karachi.

En verano una campaña de vacunación contra el polio tuvo que ser interrumpida tras el asesinato de un voluntario paquistaní, un trabajador ganés de la ONU y su chofer.

La campaña era apoyada por la ONU, pues Pakistán es según la Organización Mundial de la Salud (OMS) uno de los tres países del mundo en los que la polio sigue siendo una enfermedad endémica. El gobierno pretende inmunizar a 34 millones de niños hasta el próximo año.

Sin embargo hay resistencia entre la población, donde se extienden los rumores de que la vacuna produce impotencia. Los talibanes decretaron una prohibición de vacunación en la zona tribal que controlan en el noroeste el pasado verano.

Tampoco ayudan las informaciones de que un equipo de la CIA utilizó una supuesta campaña contra la hepatitis para encontrar a Osama bin Laden. Al parecer lo identificaron con pruebas de sangre.