Por lo menos 6.000 personas han resultado damnificadas en Lima por las inesperadas lluvias que caen sobre la ciudad desde la noche de Año Nuevo, según reportaron hoy las autoridades peruanas, que señalaron que hay 15 puntos críticos en la ciudad.

La situación es especialmente difícil en el distrito de Comas, donde está la gran mayoría de las 150 casas arrasadas por el lodo que bajó de cerros vecinos. También hay daños y alarma en distritos como Villa El Salvador, Villa María del Triunfo y Ate Vitarte, todos populosos y habitados mayoritariamente por clases modestas.

Las lloviznas, quizás imperceptibles en otras latitudes, causan estragos en Lima, una ciudad de ocho millones de habitantes que está construida sobre un desierto, en donde jamás cae una lluvia fuerte y por tanto no existe un sistema de colectores de aguas.

Pese a que las precipitaciones son moderadas, la acumulación genera en la colinas barro que luego se desliza e invade las calles por no encontrar ningún sistema de drenaje.

"El problema es que sigue lloviendo y el peligro se incrementa tres veces más porque la resistencia de las laderas de los cerros ha disminuido. Con peores lluvias habrá más afectados", dijo el alcalde de Comas, Miguel Saldaña, en la radio Capital.

Por su parte, el alcalde de Villa El Salvador, Jaime Zea, recordó que nada de eso sucedería con un adecuado alcantarillado.

El presidente Alan García recorrió hoy la zona del problema para observar personalmente las tareas de prevención y de atención a los damnificados.

Las lloviznas, de por sí muy esporádicas en Lima, no solían presentarse en temporadas veraniegas como la actual. Según expertos, el fenómeno obedece a una acumulación de humedad en la costa central, la que además ha causado bajas en la temperatura, ha dejado a la ciudad sin el brillo solar propio de la época y ha echado a perder los planes vacacionales de los capitalinos.