La Semana de la Moda femenina para la Primavera-Verano 2010 cerró hoy en Milán, en medio de una fuerte polémica después de que críticos internacionales calificaran los desfiles como "vulgares" al estar influidos por los escándalos en que han envuelto el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Según Suzy Menkes, periodista del estadounidense "International Herald Tribune" y una de las críticas de moda más afamadas del mundo, y Vanessa Friedman, enviada del "Financial Times" británico, los desfiles de Milán han estado caracterizados por la "vulgaridad" y "reflejan el escandaloso verano de sexo de Berlusconi".
Menkes escribió que las modelos están arregladas como "velinas" o azafatas televisivas, en particular las de Giorgio Armani y Bottega Veneta, "que se dejó desviar por las transparencias", y Emilio Pucci, "con su moda estrujada en el cuerpo".
En la misma línea, la experta del "Financial Times" Vanessa Friedman, comentó: "El mundo de la moda ha estado influido por Silvio Berlusconi. No se sabe si conscientemente o no, pero está claro que el verano de sexo del primer ministro italiano se filtró en la imaginación de los estilistas y en las pasarelas".
Las críticas provocaron reacciones indignadas de los estilistas italianos, quienes defendieron la calidad y la independencia de la moda creada por las empresas del país.
Mario Boselli, presidente de la Cámara de la Moda, que organiza el evento de Milán, declaró hoy: "Es un ataque incomprensible, quizás es el producto de la envidia, porque, a pesar de la crisis, Italia es todavía el país líder de la moda y esto molesta a las empresas de Nueva York y Londres, que consiguen resultados peores".
También para la modista italiana Laura Biagiotti, el ataque de la prensa extranjera oculta "el intento de golpear los productos de las empresas italianas".
"La verdad es que se quiere perjudicar el 'sistema Italia' y esto, en el periodo de crisis que estamos viviendo, es una puñalada en la espalda", manifestó la estilista de Roma.
La modista italiana Donatella Versace no cree que "Berlusconi influya en la moda italiana", porque "no puede llegar hasta aquí" y, en todo caso, "en estos días, en las pasarelas, no se ha visto nada vulgar".
Sin embargo, la estilista italiana Mariella Burani defendió a las periodistas extranjeras, porque, en su opinión, "las 'velinas' están incluso más vestidas que las mujeres que se ven en la pasarela" y "la moda de Milán es demasiado vulgar y espectacular y no es capaz de proponer vestidos para las mujeres normales, que no se visten nunca así".