En forma unánime la Sala del Senado aprobó en general el proyecto de ley que protege los ecosistemas marinos vulnerables frente a las artes de pesca de fondo que los destruyen. El proyecto contó con la votación favorable de los 30 senadores que participaron de la sesión.
"Con esta votación el Senado ha reconocido la importancia de proteger los ecosistemas marinos vulnerables frente a la amenaza que reviste la pesca destructiva, especialmente la pesca de arrastre de fondo. Esperamos ahora que el periodo de indicaciones al que entra ahora el proyecto sea expedito y sirva para mejorar o complementar las medidas de conservación consideradas en él", señaló Alex Muñoz, director ejecutivo de Oceana.
El año pasado un grupo de senadores de gobierno y oposición encabezados por el senador Antonio Horvath, ingresó al Congreso Nacional un proyecto de ley propuesto por Oceana, destinado a proteger estos ecosistemas frente a la pesca de arrastre y otras artes de pesca que pueden tener impactos irreversibles o de largo plazo sobre ellos. La propuesta recoge las recomendaciones de organismos internacionales como la ONU y la FAO, que han llamado a los países a adoptar medidas efectivas para proteger ecosistemas marinos vulnerables en sus aguas jurisdiccionales.
"El proyecto de ley que ingresó al parlamento el año pasado, permitirá dar una protección efectiva a estos importantes ecosistemas a través de la limitación de las artes de pesca más destructivas. Esta es una iniciativa que va en beneficio del país, al proteger ecosistemas marinos de enorme valor que sirven de hábitat a recursos pesqueros importantes, tanto para el sector artesanal como el industrial", dijo Muñoz.
De aprobarse el proyecto de Ley para la Protección de Ecosistemas Marinos Vulnerables, la autoridad competente deberá identificar estos ecosistemas para luego cerrarlos a las actividades pesqueras que los afecten; se prohibirá –en virtud del principio precautorio- la pesca con artes de fondo en las áreas donde existan montes submarinos mientras no se demuestre científicamente que la pesca no los afectará negativamente; se requerirá que el 100% de la flota arrastrera lleve observadores científicos abordo para recolectar información sobre la presencia de ecosistemas marinos vulnerables; y se permitirá que universidades, actores del sector pesquero artesanal e industrial y organizaciones de la sociedad civil puedan presentar evidencias sobre la existencia de estos ecosistemas y proponer su estudio, identificación y protección.