Por 22 votos a favor, cero en contra y dos abstenciones - de los senadores Carlos Larraín (RN) y Mariano Ruiz Esquide (DC)- se aprobó esta tarde en términos generales la propuesta de ley del lobby.

La iniciativa busca regular el lobby, vale decir, la gestión o actividad remunerada que tiene por objeto promover, defender o representar intereses particulares ante una autoridad a la que le corresponda tomar decisiones.

Si bien los senadores dieron luz verde para reformular la iniciativa, ésta deberá ser vista en una comisión mixta, integrada por parlamentarios de ambas cámaras, para pronunciarse sobre los cinco puntos centrales que mantienen la tensión: los artículos 4, 6, 9, 13 y el 2do transitorio.

Esta instancia se establecerá después de las elecciones del próximo 17 de noviembre.

Los dos principales nudos del acuerdo refieren al registro de lobbistas - comprendido en el artículo 13- y al punto que comprende a los asesores parlamentarios.

Por ende, ahora la iniciativa deberá ser revisada por la Cámara Baja y la Alta, tras la resolución que entregue la mixta. Para que se apruebe, se requerirá un quórum mínimo de 69 en la Cámara de Diputados, y de 22 en el Senado.

Según explicó el presidente del Senado, Jorge Pizarro, en la antesala de la votación, "el acuerdo es aprobar en una sola votación todos los articulados que requieran quórum". 

Como se había anticipado, no hubo acuerdo pleno entre los senadores y el gobierno. En la oposición buscaban fortalecer el registro de lobbistas y endurecer las sanciones, etc.

Entre los otros temas pendientes que tendrá que revisar la comisión mixta se cuentan: la necesidad de precisar qué actuaciones hechas por los actores pasivos del lobby puedan constituir lobby; quien estará a cargo del registro de lobistas, que juicio de algunos legisladores no debiera ser la Segpres.