Por 21 votos a favor, el parlamentario DC Andrés Zaldívar fue nombrado nuevo presidente del Senado, venciendo al RN Baldo Prokurica.
Luego de que Ricardo Lagos Weber (PPD) terminara su período como cabeza de la corporación, el legislador asumirá inmediatamente la mesa de la Cámara Alta, cargo que ya desempeñó entre 1998 y 2004.
En tanto, en el puesto de vicepresidente asumirá el PPD Guido Girardi -con 19 votos favorables-, en reemplazo de Jaime Quintana.
Zaldívar deberá dirigir el Senado en el último año de la administración de Michelle Bachelet, período que será clave para que el gobierno logre despachar del Congreso algunas de las iniciativas emblemáticas de su programa.
En su discurso, el senador DC hizo un fuerte llamado a la probidad y transparencia en el desempeño de los parlamentarios, pero además pidió no condenar de manera anticipada a los políticos que estén bajo una investigación judicial.
"En estos tiempos estamos enfrentado un escenario muy complejo para la política, los políticos, y para el parlamento. Se ha judicializado la política, y los políticos están muchas veces condenados antes de ser juzgados. Es cierto y no podemos negarnos que se han cometido errores. Se ha financiado la política a veces en forma indebida, aun cuando con ello no se haya buscado enriquecerse en forma personal, sino para financiar las campañas. Todo ello tiene que investigarse y dejar que la justicia determine los juicios que corresponda. Pero no puede aceptarse la condena anticipada de los políticos", señaló Zaldívar.
"Pero por el bien de nuestro país hay que poner las cosas en su lugar. Hay que valorizar la política, hay potenciar los partidos políticos que son actores determinantes en el funcionamiento de la democracia. Hay que tomar las acciones necesarias para lograr ese objetivo", añadió el nuevo presidente del Senado.
En esta línea, Zaldívar sostuvo que "debemos seguir avanzando para despejar todas las causas que crean suspicacia o desconfianza. Pero no es suficiente. No se trata sólo de leyes o reglamentos. Se trata de conductas personales, se trata de transformarnos en testimonio de la función pública (...) Nuestra conducta cotidiana está ahora más que nunca bajo la vigilancia de la gente, de los medios de comunicación. Podemos ser interpelados, y con razón, cuando cometemos acciones indebidas o abusivas".