Una nueva medición de fuerzas entre partidarios y detractores del sistema parlamentario de elección binominal tendrá lugar esta tarde en la sala del Senado.

A las 16 horas y en primer lugar de la tabla figura la reforma constitucional, enviada en 2005 por el entonces Presidente Ricardo Lagos, que busca abrir la llave a un nuevo sistema electoral proporcional y cambiar la representación de las regiones en el Congreso.

La reforma, que fue rechazada hace ocho años por la Cámara, elimina el tope de "120" diputados -lo que permitiría aumentar el número de parlamentarios- y agrega un artículo transitorio que obliga a legislar sobre un nuevo sistema electoral en el plazo de un año. El texto considera que el nuevo mecanismo, que reemplace al binominal, debe quedar detallado en otro proyecto que modifique la Ley Orgánica de Votaciones y Escrutinios.

Esta serie de obligaciones, además de otros reparos técnico-jurídicos, son el principal argumento que han esgrimido legisladores para anunciar su voto en contra. "No hay cómo cumplir el plazo (que considera la reforma), y si no se cumple no hay cómo exigir su cumplimiento", dijo el senador UDI Hernán Larraín, quien agregó que si se llegase a aprobar esta reforma "se fijaría un criterio de representación peligroso, ya que el Senado quedaría con un 40% de senadores provenientes de Santiago".

"Es un proyecto descabellado. El plazo es difícil de cumplir, aun cuando estuviéramos de acuerdo. Nadie ha propuesto un sistema alternativo", dijo el senador y timonel de RN, Carlos Larraín.

Sin embargo, la apuesta de un grupo mayoritario de senadores es no pronunciarse sobre el contenido de la iniciativa. Al respecto, la Comisión de Constitución propuso votar sólo la "habilitación" de esta reforma para que vuelva a ser discutida por la Cámara, sin necesidad de aprobar la idea de legislar.

Esta salida intermedia acomoda a un grupo de senadores de RN y a otros legisladores opositores de regiones, quienes votarán a favor de la "habilitación", pero no comparten el nuevo criterio de representación regional. La intención es sólo dar "una señal" a favor de cambiar el sistema.

"La idea es tratar de resolver (en el futuro) esas distorsiones que se pueden producir entre las grandes regiones y regiones más pequeñas", agregó el senador de Magallanes y jefe de bancada del PS, Pedro Muñoz.

Para aprobar que la reforma vuelva a ser discutida en la Cámara se requiere de dos tercios de los senadores presentes en la sala.

Hasta ayer se estimaba que había 25 votos a favor, sumando los cuatro apoyos en RN, el independiente Carlos Cantero y los 20 senadores de oposición.

Si llegasen todos los senadores a votar esta tarde, esos 25 votos serían suficientes para reponer la tramitación del cambio al binominal. Sin embargo, las ausencias siempre añaden una cuota de incertidumbre a las votaciones estrechas.

"Estamos ante una posibilidad cierta de reponer el proyecto de reforma constitucional en el tema político-institucional más importante que está pendiente", dijo el titular del Senado, Camilo Escalona, en su columna semanal.

El DC Patricio Walker, en tanto, reforzó su emplazamiento a "los parlamentarios, especialmente a los de RN, que se comprometieron a modificar este sistema, para que efectivamente concurran con sus votos".

Lo que dice la reforma Las críticas Argumentos a favor
Nueva representación
"Se empleará... una efectiva proporcionalidad en la representación popular, así como una adecuada representación de las regiones del país".
Perjudica a regiones
A juicio de los detractores, Santiago y Valparaíso elegirían el 55 % del Congreso, lo que perjudica a las regiones con menos habitantes.
Capital subrerepresentada
Algunos sostienen que Santiago, a pesar de tener el 40% de la población, sólo elige a cuatro senadores. El proyecto equilibra la representación.
El tope de diputados
El texto propone suprimir, en el artículo 47 de la Constitución, el guarismo de ?120? diputados, que fija la cantidad de escaños en la Cámara.
Más parlamentarios
Los detractores dicen que la gente rechaza que aumenten los parlamentarios. Al eliminar el tope de ?120?, la Cámara podría aumentar sus escaños.
Mayor proporcionalidad
El tope de 120 diputados, dicen, es un candado adicional para impedir que minorías lleguen al Congreso en base a un criterio proporcional.
Plazo constitucional
El cambio a la ley orgánica, para detallar el nuevo sistema, ?deberá dictarse en el plazo de un año a contar de la publicación en el Diario Oficial?.
Año imposible
Al aprobar la reforma, comenzaría a correr un plazo que es difícil de cumplir. Ni siquiera los partidos tienen acuerdo en torno a un nuevo sistema.
Presión necesaria
La propuesta original de Lagos considera fijar un plazo para no eternizar el debate y estrenar el nuevo sistema en las próximas parlamentarias.