Una vez que se conocieron detalles de la reforma al sistema binominal, el senador por Antofagasta, Alejandro Guillier, se formó un duro juicio respecto de la representación que tendrían las regiones extremas. Comenzó a sociabilizar con sus pares del norte y sur lejano, y coincidió en la opinión de que, además, el proyecto mantiene la lógica binominal en las regiones que ellos representan.
"Nuestro desafío es que el gobierno debería tener una columna vertebral, que es la descentralización y la regionalización, pero he apreciado que esto ha estado ausente de las reformas", sostiene.
¿Por ejemplo?
En la reforma tributaria, si hubiésemos pensado en un país descentralizado, obviamente tendrían que haberse incorporado tributos regionales.
La tramitación de la reforma tributaria está avanzada. ¿Da por perdidos los impuestos regionales?
No, vamos a seguir peleando hasta el final, no va a ser la última reforma tributaria. El gobierno hizo una opción en avanzar en la reasignación del presupuesto en regiones. También faltó un royalty, no sólo a la minería, sino a la extracción de recursos naturales. En el norte, el aporte de la minería es demasiado bajo y están explotando recursos que, además, están en un ciclo de decadencia.
Usted ha criticado la concentración de senadores en la zona central y el desequilibro que tendría la reforma al binominal en regiones extremas.
La reforma, en los términos en que se plantea, destruye al Senado, porque tendrías circunscripciones que no sólo dejan de ser iguales, sino que algunas tendrían siete senadores, otras cinco senadores, y otras tres senadores. En otras, incluso, se mantiene el binominal, lo cual es la destrucción del Senado, porque si no hay impuestos permanentes, vas a tener que pelear los intereses de tu región en la discusión de presupuesto para los planes de desarrollo. ¿Cómo van a ir dos senadores de zonas extremas contra siete senadores de Santiago?
Algunos plantean la inviabilidad política de redibujar el mapa electoral...
Lo inviable hoy es pretender quebrar la representación proporcional de las circunscripciones. En lo que se refiere al Senado, en su proyecto original, eso no va a prosperar. Otro punto que debe discutirse más es el redistritaje en la Cámara de Diputados. No hay comparación entre el desempeño de un diputado de comunas como Providencia-Ñuñoa y los 1.200 kilómetros de la Región de Antofagasta. Es una locura. ¿Qué contacto va a tener ese diputado con la población?
¿Cómo votará entonces?
Hay cosas que valoro. Por supuesto, el término de este sistema y la Ley de Cuotas. Pero en el redistritaje tengo serias dudas con las regiones extremas y, en el caso del Senado, es inaceptable. Votaría en contra de todas maneras. Con todo, soy optimista. Creo que llegaremos a un acuerdo antes de votar.
¿Qué le ha llamado la atención de su experiencia parlamentaria?
Hay algunas paradojas. En el Senado y la Cámara se están haciendo esfuerzos muy sinceros para centrar el lobby en un estándar transparente, de manera que si alguien pide audiencia, quede todo registrado.
¿Lobbistas le han pedido audiencia?
No, no, no, porque yo digo altiro "ya pues, pídame audiencia y ahí conversamos", y ahí entran. Yo lo hice por puro instinto. Pero dígame usted, ¿qué tiene que ver eso con el acuerdo de la reforma tributaria?
¿Se debió registrar "la cocina" en el protocolo de acuerdo?
No puede seguir habiendo cocina donde los cocineros son desconocidos y donde la cocina queda en un lugar físico que nadie sabe dónde queda. ¿Es en la oficina de un gerente? ¿En la casa de un empresario?