Durante ocho meses el senador PPD Felipe Harboe estuvo trabajando, junto a parlamentarios del oficialismo y oposición, la "Propuesta de agenda para mejorar la transparencia y calidad de la política". Desde el viernes pasado, las 20 medidas que contempla el documento están en manos de la Presidenta, Michelle Bachelet.
El nuevo presidente de la comisión de Agricultura de la Cámara Alta analiza los efectos de los casos Penta y Caval y advierte que "no es momento para la opinología, es momento para el liderazgo".
Existe una preocupación por los casos Penta y Caval, ¿qué tan grave es esta situación?
Tenemos una crisis de confianza. Los tres pilares que soportaron la transición política, que fue la Iglesia, el mercado y la política, gozan hoy día un alto nivel de desconfianza y eso es un problema porque hay que reconstruirla. En vez de intentar profundizar la desconfianza, al contrario, lo que se requiere es entender que producto de las modificaciones que hemos ido haciendo, los estándares de transparencia que exigen los ciudadanos son mucho mayores a los de ayer.
¿Es suficiente la creación del consejo asesor presidencial para superar esta crisis?
El consejo asesor es un lujo, o sea gente de la estatura de Eduardo Engel, Andrea Repetto, Vittorio Corbo y de muchos otros, creo que es bien positivo, porque tienen mucha experiencia en la elaboración de políticas públicas. Respecto de las propuestas nosotros ya presentamos una y puede haber otras.
¿Está por un acuerdo político en este tema?
La probidad no tiene color político y por lo tanto aquí se requiere del mayor consenso social, no sólo político. Aquí tiene que estar el mundo público, privado, la Iglesia, los medios de comunicación. Hay que trabajar por la transparencia. Pero cualquier acuerdo político no puede afectar la independencia de las instituciones. Estoy disponible para todo tipo de acuerdo que nos permita avanzar para tener un país más transparente, pero ni una disposición para un acuerdo político que intente frenar investigaciones, porque, además, las instituciones deben seguir funcionando.
Parlamentarios de la Nueva Mayoría han planteado una asamblea constituyente a raíz de los casos Penta y Caval. ¿Es una alternativa para usted?
Son caminos complementarios. Pero la crisis de confianza no tiene que ver necesariamente con una norma constitucional, la crisis de confianza tiene que ver con que los ciudadanos sienten que las autoridades públicas y privadas no están respondiendo a los estándares que ellos esperan. Eso no se soluciona con asamblea constituyente o con un plebiscito, eso se soluciona con acciones concretas. Que hay que hacer una nueva Constitución, a mí no me cabe ni una duda, pero tampoco acepto que digan que el Parlamento no tiene legitimidad.
El domingo pasado el senador Andrés Zaldívar en entrevista en La Tercera, dijo que la imagen de la Presidenta se ha visto dañada por el caso Caval. ¿Es así?
No cabe ninguna duda y yo diría injustamente dañada, porque si hay alguien que es ejemplo de austeridad, probidad, de sobriedad en política es Michelle Bachelet. En consecuencia ha sido muy injusto para ella y me imagino muy doloroso. No tengo ninguna duda del altísimo compromiso de la Presidenta con los temas de transparencia y probidad, que por lo demás insisto, no es sólo retórica, porque no ha habido ni un gobierno como su primer gobierno en avanzar en estos temas.
Zaldívar también mencionó en la entrevista que los niveles de desafección con la política han ido aumentando. ¿Coincide con él en que la abstención en las próximas elecciones podría aumentar?
La desafección con el sistema en general, donde está la política y el mundo privado, es creciente. Efectivamente esto va a tener una consecuencia que tenemos que ser capaces de prever y confío que con medidas como las que estamos planteando uno puede tratar de revertir la situación. No digo ganarnos toda la confianza, pero al menos ir recuperando poco a poco con muestras concretas la confianza de los ciudadanos. Cuando hay un descrédito de las instituciones es caldo de cultivo para el populismo, para los caudillos.
¿Se refiere a alguien en particular?
Lo que me preocupa es que de pronto aparecen personas que más bien no opinan respecto de lo correcto, no proponen cosas correctas, sino que proponen cosas populares y eso es peligroso. Hay que arrinconar a esa gente, que sólo habla después de la encuesta. No es momento para la opinología, es momento para el liderazgo.
¿Eso ya está ocurriendo?
Sí. Lo que pasa es que el germen empieza a aparecer con movimientos que se aprovechan de esto para autoelegirse como los representantes en contra de la corrupción y que no hacen propuestas, sino que más bien hacen agitar la banda. Luego vienen propuestas populistas y cuando no se es reflexivo es muy peligroso para el país. Después vienen los que levantan banderas desde la opinología. Yo hoy día escucho a un senador, que habla que los políticos y los parlamentarios están desprestigiados y él no.
¿Manuel José Ossandón?
Claro. Entonces yo digo que se sume para ayudar a este proceso de transparencia.
El ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami es una de las figuras que lidera las encuestas y critica a la clase política.
Yo esperaría que él (Marco Enríquez-Ominami) haga propuestas. Alguien que aspira a dirigir el país por tercera vez y que es candidato permanente, lo que debería hacer es proponer una agenda. Pero yo no he visto ni una propuesta, lo que he visto más bien son comentarios. Un líder debe tener capacidad de proponer y conducir con una visión de futuro y eso es lo que hoy día se requiere.