John McCain y otros senadores republicanos  pidieron este viernes que se realicen más audiencias en la cámara para tratar  el tema del ataque al consulado estadounidense en la ciudad libia de Bengasi,  que dejó cuatro estadounidenses muertos el pasado mes de septiembre.

Los republicanos aprovecharon los cambios en las versiones que dio la  administración del presidente Barack Obama sobre el ataque para señalarlos como  muestras de incompetencia, o algo peor, por lo que la crisis ha seguido  evolucionando durante las semanas previas a la elección.

El candidato republicano, Mitt Romney, criticó a la Casa Blanca sobre su  responsabilidad en el asalto al consulado de Bengasi que tuvo lugar en el  aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, después de  que el gobierno culpara del ataque a unos manifestantes para, más tarde,  concluir que se trató de un atentado perpetrado por militantes.

McCain, junto a sus colegas Lindsey Graham y Kelly Ayotte, urgió al  presidente de la comsión del Senado sobre Servicios Armados, el demócrata Carl  Levin, a que celebre nuevas audiencias para determinar si había el suficiente  personal militar en Bengasi el pasado 11 de septiembre. 

"Parece claro que, en el momento del atentado en nuestro consulado en  Bengasi y durante lo que duró el ataque, no hubían fuerzas en la región con la  alerta suficiente para llegar a tiempo e influir en el resultado del  conflicto", escribieron los senadores en una carta dirigida a Levin.

"Esto es especialmente importante porque el ataque se produjo durante  varias horas en un día -el 11 de septiembre- en el que nuestros servicios de  inteligencia habían alertado claramente a los estadounidenses de servicio en el  extranjero que estuvieran en alerta debido al elevado nivel de tensión que  rodea esta simbólica fecha".

Por otra parte, este viernes The Wall Street Journal (WSJ) reveló que el  consulado de Estados Unidos en Bengasi albergaba principalmente agentes de la  CIA en misión secreta.

Según el diario neoyorquino, sólo siete de los 30 estadounidenses evacuados  de Bengasi tras el ataque trabajaban para el departamento de Estado.

Los dos agentes de seguridad muertos el 11 de septiembre trabajaban también  para la Agencia Central de Inteligencia y no para la cancillería, precisa el  WSJ.

El objetivo de la misión secreta, iniciada poco después de febrero de 2011  tras el movimiento de rebelión que condujo a la caída del presidente libio  Muamar Gadafi, era luchar contra el terrorismo y recuperar las armas pesadas  del régimen, según el diario.

Problemas de comunicación entre la CIA y el departamento de Estado podrían  explicar las fallas en materia de seguridad que quedaron en evidencia con el  ataque, concluye el WSJ.