La crisis del ébola está abriendo vías de comunicación insospechadas entre Cuba y Estados Unidos, ya que ambos países, enfrentados durante cinco décadas e incluso en un momento al borde de la guerra, han multiplicado las frases amables en torno a la lucha contra esa enfermedad. Esto, después de que Cuba se puso a la vanguardia de la lucha contra el virus del ébola al enviar el 1 de octubre a 165 profesionales de la salud a Africa, a los que se sumará otro contingente en los próximos días.
Este esfuerzo le ha valido a La Habana un inusual agradecimiento de un responsable estadounidense de primer nivel: el secretario de Estado John Kerry. "Cuba, un país de apenas 11 millones de habitantes, ha enviado 165 profesionales de salud y prevé enviar cerca de 300 más", destacó el secretario de Estado norteamericano. En la misma línea, la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, dijo el lunes que "reconocemos y apreciamos la contribución significativa" de Cuba.
El sábado, el ex Presidente cubano Fidel Castro declaró que "gustosamente cooperaremos con el personal norteamericano" en la lucha contra el ébola. El lunes, el actual jefe de Estado cubano, Raúl Castro, repitió que "Cuba está dispuesta a trabajar codo a codo con todos los países, incluyendo Estados Unidos", al hablar en una cumbre del Alba sobre el ébola en La Habana. "Debe evitarse cualquier politización de este grave problema que nos desvíe del objetivo fundamental, que es la ayuda y el enfrentamiento a esta epidemia en Africa y en la prevención en otras regiones", justificó.
Pese a que los dos países carecen de relaciones diplomáticas desde 1961, algunos signos de distensión vienen ocurriendo en los últimos años. Raúl Castro, que sucedió a su hermano en 2006, puso freno al discurso más agresivo antinorteamericano, mientras que su homólogo Barack Obama suavizó las normas que se aplican a los viajeros que visitan la isla.
Pero Washington mantiene el embargo que impuso contra Cuba en 1962 y las tensiones diplomáticas son frecuentes, especialmente por la situación de tres agentes cubanos y del estadounidense Alan Gross, todos ellos en prisión por espionaje en suelo "enemigo".
Wayne Smith, ex jefe de la Sección de Intereses, que sirve de embajada estadounidense en Cuba, dijo a la agencia France Presse que estos signos de apertura "podrían ser muy importantes" para el mejoramiento de las relaciones entre los dos países, aunque se limitan por ahora al tema de la epidemia.
En otra señal de una corriente favorable a una eventual normalización entre ambos países, varios sondeos recientes mostraron que una mayoría de estadounidenses se declara lista para un cambio de la política hacia Cuba y la prensa norteamericana también ha abordado el tema. Así, el diario The New York Times elogió la contribución cubana contra el ébola y aprovechó para advertir a la administración Obama que "normalizar la relación con Cuba conlleva muchos más beneficios que riesgos". Ese artículo fue reproducido íntegramente ayer en el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.